FIVE NIGHTS AT FREDINA'S

CAPITULO 8: UN DESCANSO INQUIETO.

Después de sobrevivir a su tercera noche en Fredina's Fazbear Anime, Ricardo regresó al departamento de Evan, agotado tanto física como mentalmente. El peso de lo que había experimentado durante las últimas tres noches comenzaba a caer sobre él, y necesitaba un descanso desesperadamente. Cuando llegó, Evan lo estaba esperando, visiblemente preocupado.

Evan: "¿Estás bien, Ricardo? Pareces haber visto un fantasma."

Ricardo soltó un suspiro, dejándose caer en el sofá del departamento.

Ricardo: "No sé ni por dónde empezar, Evan. Esas animatrónicas... no son normales. Anoche, Fredina estaba más agresiva que nunca. Siento que cada noche se pone peor."

Evan frunció el ceño, su rostro lleno de preocupación.

Evan: "Esto no me gusta, Ricardo. No es solo un trabajo cualquiera. Hay algo muy oscuro en ese lugar, y temo que estés en peligro."

Ricardo asintió lentamente, consciente de que Evan tenía razón.

Ricardo: "Lo sé. Y anoche, sentí que estaba a punto de perderlo todo. No sé cuánto tiempo más podré seguir así."

Evan: "Quizás deberías considerar renunciar. No vale la pena arriesgar tu vida."

Ricardo se quedó en silencio por un momento, contemplando la sugerencia de Evan. Pero algo dentro de él lo impulsaba a quedarse, una necesidad de descubrir la verdad detrás de esas máquinas.

Ricardo: "Lo pensaré, Evan. Pero por ahora, necesito descansar. Mañana veré cómo me siento."

Evan le dio una palmadita en el hombro antes de dejarlo solo en la sala.

Evan: "Descansa, amigo. Estaré aquí si necesitas algo."

Ricardo asintió, agradecido por el apoyo de su amigo. Cerró los ojos, esperando que el sueño lo alcanzara rápidamente, pero las imágenes de Fredina y las otras animatrónicas llenaron su mente, impidiéndole encontrar la paz.

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Mientras tanto, en Fredina's Fazbear Anime, el ambiente estaba cargado de tensión. Las luces permanecían apagadas, y el local estaba vacío, pero las animatrónicas no estaban inactivas. A pesar de que Elizabeth no había llegado para abrir el local, las figuras mecánicas comenzaron a moverse por sí mismas.

Fredina estaba más furiosa que nunca. Había soportado tres noches de fracasos, y cada intento de capturar a Ricardo había sido frustrado. Sus ojos brillaban con una intensidad peligrosa mientras se movía con pasos pesados por el local.

Fredina: "Esto no puede seguir así. Ese humano... ese maldito humano ha sobrevivido demasiado tiempo."

Chiku y Bonfie se acercaron a Fredina, compartiendo su frustración.

Chiku: "No sé cómo lo hace, Fredina. Hemos intentado de todo, pero siempre encuentra la forma de escapar."

Bonfie: "Está claro que necesitamos algo más... algo que no pueda prever."

Fredina asintió, su mente trabajando rápidamente en una solución. Sabía que había alguien a quien podía acudir, alguien que tenía el poder para cambiar el juego a su favor. Pero pedir ayuda a "ella" no era una decisión que tomara a la ligera.

Fredina: "No tenemos otra opción. Si queremos acabar con él, necesitamos su ayuda."

Chiku y Bonfie intercambiaron miradas nerviosas. Sabían de quién estaba hablando Fredina, y aunque entendían la desesperación de su líder, no podían evitar sentir una creciente sensación de temor.

Chiku: "¿Estás segura, Fredina? Ella... ella no es como nosotras. Es diferente, peligrosa."

Fredina giró su cabeza hacia Chiku, su mirada fija y decidida.