Había pasado varios días, el cargo de consciencia recaía sobre la mente de Emmett, pero a pesar de ello, se sentía satisfecho por un trabajo bien realizado.
Llegó en su moto hasta el gran edificio, desde aquella tormentosa noche en que había arrinconado a Timothy, algunos recuerdos venían una y otra vez; sin embargo, dejó a un lado todos esos pensamientos y decidió enfrentar la situación con la frente en alto. Había pedido a su compañera Brenda que lo acompañara, pero ella había desistido.
—Buenos días, ¿en qué le puedo colaborar? —preguntó aquella menuda mujer de traje blanco.
—Vengo a visitar a Timothy Curtis —contestó Emmett.
—Ah —expresó la recepcionista—. ¿Cuál es su nombre? -Y tras recibir la respuesta continuó-. El doctor Carpenter lo atenderá.
La chica digitó un par de cosas en su computadora y luego tomó una especie de Walkie Talkie y anunció que el detective Montgomery iba en busca del recién ingresado paciente Timothy Curtis. Tras unos minutos, el mencionado doctor llegó y saludó. Con su pelo blanquecino y rasgos de hombre mayor, a Emmett se le hizo muy parecido al actor Steve Martin.
—Un gusto verlo, detective —indicó el médico.
—Debía hacerlo finalmente. ¿Cómo lo ha tomado? —preguntó Emmett refiriéndose a Timothy—. Debe ser más llevadero que estar en una prisión propiamente dicha —bromeó.
—En efecto, —contestó el doctor Carpenter—, todos nuestros pacientes reaccionan de forma diferente, en el caso de Timothy lo ha tomado de forma muy tranquila, sabe que tiene un problema, pero no realmente de qué se trata, aunque está presto a colaborar. Por favor, acompáñeme.
Emmett lo siguió a través de los blancos pasillos, un olor a lavanda y alcohol se podía sentir con cada paso que daba, le recordaba al aroma que desprendían los hospitales, después de todo estaba en una institución psiquiátrica, no había gran diferencia. Vio a diferentes pacientes conforme iba pasando; algunos caminaban con naturalidad, otros iban acompañados de enfermeras o enfermeros, pasó por una pequeña sala en donde algunos se quedaban sentados mirando a un punto en particular, había alguien mirando por la ventana al exterior y un par jugando un juego de mesa; aquella situación la sintió extraña, pues nunca había estado en un lugar similar.
—¿Cuál es su diagnóstico? —preguntó Emmett en medio de la caminata.
—Ansiedad social —contestó el médico—. En muchos de los casos, los pacientes no son conscientes de que están enfermos y un pequeño porcentaje desenvuelve comportamientos psicóticos como es el caso de Timothy, sin embargo, es algo que se puede superar con tratamiento y medicamentos.
Llegaron a la habitación de Timothy, quien estaba acostado en la cama mirando al techo, seguramente encerrado en sus pensamientos.
—Tienes visita, Tim —habló el médico.
Timothy levantó la cabeza, pero no pudo pronunciar palabra.
—Los dejo solos —indicó el hombre de pelo blanquecino—. En caso de emergencia o cuando desee salir puede presionar este botón —dijo señalando la pared que tenía a su derecha y salió de la habitación.
Emmett asintió y se sentó frente a Timothy en una silla que reposaba junto a un pequeño escritorio.
Tan pronto vio al detective sentado en frente suyo con la tranquilidad que lo caracterizaba recordó aquella anoche, le había advertido que no diera un paso adelante o acabaría con su vida, pero él decidió arriesgarse y le contrarió sus amenazas, para después envolver a Tim en un abrazo, aquel gesto desinteresado derrumbó todas sus barreras y, si antes ya había estado frágil, después de ello, lo era mucho más.
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El Evangelio del Asesino ✅
Mystère / ThrillerLas vacaciones del detective Emmett Montgomery han terminado, pero los asesinatos no. Después de pasar un tiempo con su familia por las festividades de Navidad y hacer algunas actividades en su apartamento para pasar el rato, es hora de volver a la...