El chico del pasado [Parte 2]

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--Viajé más de 300 años en el futuro y ni siquiera sé cómo. Parece sacado de una película.

Película, algo que solo conocía por las pláticas de los bendecidos con dinero, pues de dónde venía la electricidad era extremadamente costosa, al punto que solo las familias acaudaladas se daban el lujo de poseerla. En el dojo de la abuela las fuentes de luz eran las naturales o las velas, había aprendido a hacer las últimas con el fin de juntar dinero para la comida, que era lo más imprescindible en aquel tiempo.

--El cómo lo estamos averiguando, así que espera un poco--comentó distraídamente su versión del futuro--Pásame esas camisetas.

Obedeció la orden sin mayores problemas. Nunca le gustó sentir que estaba viviendo a expensas de otros, por lo que siempre ayudaba en todo lo que pudiera para aportar en su vivienda. Ahora era el huésped de dos adultos solteros que tenían rutinas y gastos calculados en un mundo que todavía no se lograba estabilizar del todo, así que por mucho que amara molestarlos, se aseguraba de aportar en todo lo que pudiera.

La concentración y la calma estaban entrelazadas en perfectos trazos en el rostro del otro, era obvio que esta clase de labores ya formaban parte de la rutina, tal y como muchos de sus ex compañeros del instituto se lo dijeron, era común que quienes decidían compartir su hogar deberían distribuir las tareas domésticas. Por lo que no le era extraño ver a su versión adulta lavar la ropa sucia a mano.

--Aún todo se siente... Anticuado. Es decir, no los he visto con problemas de electricidad, pero...

--No tenemos muchos aparatos eléctricos, en especial una lavadora--completó el mayor de los dos--Para salvar a la humanidad de la destrucción que ellos mismos causaron, tuvimos que sacrificar ciertas cosas, entre ellas la tecnología.

--Así que ahora están oscilando entre lo moderno y lo viejo.

--Así es.

Eso tenía sentido, lograr recuperar la estabilidad del mundo debería requerir una cantidad absurda, pero indispensable, de sacrificios. Aunque eso no lograba quitar la extrañeza de existir en un punto difuso del futuro. Se preguntó cuántas cosas más se tuvieron que dejar atrás, se preguntó sobre lo que él mismo sacrificaría para vivir tantos años y el por qué hubo quienes lo siguieron, o quizá será él quién los siga a ellos. Tal vez Tokikaze obtuvo algún poder extraño que le arrebató la mortalidad y él decidió seguirlo en su longeva vida, o tal vez no, no lo sabía y su yo futuro se negaba a decirle con lujo de detalle lo que pasaría. Entendía el por qué de esa parte, más la molestia no se iba.

En su visita a los monarcas, cuyos cargos vigentes era una señal de la jerarquía y reglas arcaicas que se instauraron al perder los avances del "pasado", había visto bastante tecnología que iba acorde a la de su época, lo que le hizo cuestionar si hubieron reales avances en la ciencia, porque había viajado más de 300 años en el futuro, era imposible que la tecnología se hubiera estancado en la de su época.

La respuesta del adulto le había despejado varias dudas y le había confirmado que paulatinamente la tecnología se estaba reintegrando a la vida de los humanos.

--Han pasado tres días de esa reunión en la que tú me pusiste a dormir con tu estúpida vaina--dijo en un intento de iniciar una nueva conversación.

--¡Te lanzaste encima de Nana! ¡Mi hermana!

--Todavía se siente extraño saber que tendré una hermana menor adoptiva--comentó ignorando el reclamo.

--La conoces cuando vas a la escuela militarizada.

--¿A la que quiere ir Tokikaze? ¿Por qué? Yo no quiero ser militar--pese a su respuesta su mente ya maquinaba una forma de evitar que su hermano se inscribiera en esa institución.

Sentimientos VetustosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora