EL PESO DE LA CULPA.
Yuzhe está en el hospital, con su brazo izquierdo enyesado y en un cabestrillo. Tras esperar a que los enfermeros y doctores salieran de la habitación, ve llegar al alcalde de Illinois, Sylvio Alceo, acompañado de dos guardaespaldas.
Toma asiento frente al chico y espera. Rato después, sale el doctor.
—¿Padre de Sinose?
—Así es. ¿Cómo está él?
—Necesito que firme aquí para hacerle una operación. Tiene sus órganos internos muy dañados.
Esto angustia a Yuzhe, quien mira al padre que está firmando la hoja. El chico se levanta y camina para tomar un respiro afuera; en realidad, quiere llorar. La persona que ama salió gravemente lastimada. Sale del hospital y se va atrás, donde toma asiento en un callejón y se pone a llorar.
—Todo esto es mi culpa… Sinose, perdóname.
Sinose despierta de su operación y mira el techo blanco, luego la ventana, donde hay un atardecer. Escucha la puerta abrirse y ve entrar a un payaso sobre un monociclo.
Yuzhe viste un traje con la mitad roja y la mitad naranja, pantalones bombachos amarillos con azul y un cuello lechuguilla rosado. Tiene la cara blanca y una nariz de payaso.
—Me enteré de que saliste de una operación —dice Yuzhe, contento.
Hace sonar una bocina de aire, la afirma entre sus manos y toma de un bolso un globo largo azul, lo infla y crea una ballena.
—Yuzhe.
El payaso se acerca y le saca detrás de las orejas del chico una moneda grande.
—Yuzhe.
Hace malabares para entretener a su amigo.
—¡¡Yuzhe!!
Las pelotas caen sobre la cabeza del chico, y mira a Sinose. Él se sienta adolorido en la camilla, sus heridas recién se están regenerando gracias a la medicina nanobot.
—¿Qué es lo que te preocupa? —pregunta Sinose, preocupado.
Hay un silencio, y Yuzhe contiene sus lágrimas. Sinose lo mira y extiende sus brazos.
—Sinose …
Yuzhe abraza a su amigo con fuerza y llora en su abrazo.
—Perdóname… Yo solo te meto en mis problemas. Por mi culpa perdiste tu C.U.B.E y quedaste así.
El maquillaje se le empieza a correr por sus lágrimas. Siente que Sinose acaricia su cabello y escucha:
—Tranquilo, desde que fui marcado por la flor, descubrí que te tengo que ayudar.
Se separan, y ambos se miran con serenidad. Sinose toma a su amigo y le da un cálido beso en la frente.
<<Aún no, él solo tiene dieciséis años>>.
Entra Sylvio y mira a los dos.
—¿Qué está sucediendo aquí?
—Padre, ¿qué haces aquí? —pregunta Sinose, nervioso.
—Visitarte, me llamaron y me dijeron que sufriste un accidente de coche.
Mira al chico que está al lado de su hijo.
—¿Y tú, quién eres, payaso? —pregunta Sylvio, serio.
—Soy Yuzhe Yuya, señor. Soy la persona que notificó el accidente de su hijo —menciona Yuzhe, nervioso.
—¿Yuzhe Yuya? —dice Sylvio con seriedad—. Bien, ya viste a mi hijo, ahora puedes irte.
Yuzhe toma el monociclo y se aleja del lugar de inmediato, caminando hacia el baño para cambiarse de ropa.
—¿Dónde estuviste estos meses, hijo? —pregunta Sylvio, su tono lleno de enojo.
—En casa de mi madre… —responde Sinose.
—No seas mentiroso. Te desapareciste del lado de ella. Llamé y pregunté por ti. Ella me dijo que te habías ido. ¿Dónde estabas? —insiste Sylvio.
—¿Qué te importa? —responde Sinose con insolencia, y recibe una bofetada de su padre.
Sylvio mira a su hijo, quien desvía la mirada hacia la ventana.
—Toma tus cosas. Nos iremos a casa ahora mismo —ordena Sylvio.
—No puedes obligarme. Ya soy mayor de edad —se defiende Sinose.
—Serás mayor de edad cuando te cases y formes una familia —sentencia Sylvio.
Luego, toma a su hijo y lo levanta de la camilla. El chico adolorido toma asiento, y su padre le entrega la ropa que trajo.
—Vístete. Yo esperaré afuera —dice Sylvio antes de retirarse y cerrar la puerta con fuerza.
Sinose mira con impotencia y no quiere ir a casa para que lo casen.
Yuzhe sale de la habitación después de vestirse y quitarse el maquillaje. Camina hacia la habitación donde ve a Sinose marcharse con su padre.
—Sinose —dice Yuzhe preocupado—. Aún no sanan tus heridas.
Pero Sinose no voltea. Yuzhe lo sigue, toma su mano y lo detiene. Los dos se miran intensamente.
—No te vayas. Aún no estás sano. Deja que tus heridas sanen —insiste Yuzhe.
—Yuzhe, lo siento mucho, pero tengo que irme. No sé cuándo nos volveremos a ver. Por favor, cuida de Chell —dice Sinose.
Luego, besa el dorso de la mano de su chico y camina detrás de su padre.
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C.U.B.E: NAZCA LINE [EDITADA]
Science Fiction**SINOPSIS** Yui Boyle era un chico que lo tenía todo hasta ese fatídico día en que perdió a su hermano mayor. Cortó lazos con su familia. Ese mismo día fue testigo de un suceso en el que misteriosos cubos cayeron del cielo. Tras adquirir uno, nunca...