CAPÍTULO XLV

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REUNIDOS

—Columpio, columpio —dijo Chell de cuatro años.

Sus padres agarraron los brazos de su hija y la elevaron para columpiarla. La pequeña estaba contenta con sus padres, tenía a los mejores. Cruzaron la calle cuando el padre y la madre empujaron a la pequeña. Ella vio cómo los dos fueron atropellados por un auto que venía a alta velocidad.

—¡Mamá! ¡Papá! —gritó Chell impactada.

Chell estaba sentada frente a los ataúdes de sus padres y lloraba desconsoladamente. La gente, que solo era la familia de su madre, miraba con tristeza.

—¿Qué vamos a hacer con ella? No se puede quedar sola en esta casa.

—Yo no la puedo cuidar, su padre nunca me cayó bien.

La gente comenzó a irse, dejando a la pequeña sola.

—Tranquila, pequeña —dijo su abuela.

Se sentó a su lado y la consoló.

Yuzhe entra a la habitación donde está Chell. Ella está acostada sobre una camilla y conectada a una máquina que revisa los pulsos del corazón.

—No puedo —dice Yuzhe, triste.

—No te preocupes, ella ya está estable. Solo hay que esperar a que despierte —dice Steins al chico.

El oficial se despide del muchacho y se va. Yuzhe mira a la pequeña y dice:

—No puedo creer que esto lo haya hecho Yui... Digo yo.

Pone su mano en la frente. Las dos piedras del collar empiezan a destellar y su luz desaparece. La pequeña niña abre sus ojos.

—Chell —dice Yuzhe, aliviado.

Abraza a su hija con fuerza y le pide disculpas. Chell mira al hombre y después recuerda ese sitio.

—Papá, ¿cuál es ese lugar que llamas Zakar? —pregunta Chell, preocupada—. Vi a una persona, no, un hombre. Él me guió por ese sitio aterrador.

Yuzhe se separa y toma asiento en la silla.

—Zakar es uno de los reinos del mundo Portis.

—¿Un reino?

—Hay tres: Axar, el reino del cielo donde viven los dioses; Terrax, el reino donde viven los monstruos y criaturas conocidas como C.U.B.E y sirvientes del caldero; y por último Zakar, el reino oscuro e infernal, donde viven los seres más peligrosos.

—Ya entiendo.

Chell mira su collar y recuerda a ese hombre que le guió el camino. Era un ser angelical y bondadoso, pero también podía ver tristeza en su rostro.

—Perdóname, Chell, yo...

—Yui da mucho miedo —menciona la pequeña, asustada.

Entra al lugar Sinose con un globo color morado. Se lo da a la pequeña, quien sonríe. Yuzhe le hace una muestra de magia donde saca detrás de las orejas de la pelirroja una moneda de oro y la mueve entre sus dedos, haciéndola desaparecer.

—Eres asombroso, papá.

Los tres ahora están en la escuela, en la habitación de Yuzhe. Acuestan a la pequeña en la cama para que pueda descansar. Ambos vigilan que no le suceda nada. Poco después, Chell se duerme.

—Yo en verdad... no quería que sucediera esto, dejarme consumir por la venganza y la tristeza —dice Yuzhe, triste.

—Yuzhe, calma, buscaremos a esa persona para detenerlo. Por el momento, debemos pensar en cómo hacerlo. Porque ya no tenemos a nuestro lado la flor de Nazca —responde Sinose.

Sinose saca de su chaqueta la piedra con el diseño de la flor de Nazca. El chico la mira con atención.

—¿Quieres volver a hacer un Nazca? —pregunta Yuzhe a su amigo.

—No es necesario, ya fue mucho.

Yuzhe sonríe con serenidad y hace desaparecer la roca al mundo Portis.

—Ahora, Yuzhe, descansa, porque mañana se reinaugura el torneo y serás el primero en enfrentarte.

—¿En serio? —pregunta Yuzhe, asombrado.

—Así es.

Sinose acaricia el cabello de su amigo y se va del lugar a su habitación.

Fear mueve con su único brazo el portón de la bodega a un lado. La luz de afuera ilumina el interior, donde ve una torre de basura y, sobre esa torre, está Kardia.

—¿No ha llegado esa persona? —pregunta Fear, angustiado.

Revulsion se levanta y camina hacia el chico. Cuando está cara a cara, lo ve preocupado y con una herida en la boca.

—¿Quién te hizo esa herida? —pregunta Revulsion, enojado.

—Fue Yui Boyles o Yuzhe Yuya.

—Ese sujeto...

—En vez de estar aquí, ya deberían moverse —dice Rose detrás de los dos jóvenes.

La mujer viste una falda larga blanca con un corsé rojo.

—Madre...

Rose se acerca y toma el rostro de su hijo. Con sus poderes, cura las heridas. Intenta curarle el brazo, pero no puede.

C.U.B.E: NAZCA LINE [EDITADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora