PIZZA | 08

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 Después de ducharse y vestirse, Amelie y Spencer se prepararon para dirigirse a la oficina

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Después de ducharse y vestirse, Amelie y Spencer se prepararon para dirigirse a la oficina. Mientras Amelie terminaba de arreglarse, Spencer se tomó un momento para revisar las últimas notas sobre el caso, tratando de reorganizar sus pensamientos antes de la jornada que les esperaba.

Cuando Amelie salió de su habitación, se encontraron en la pequeña sala de estar. Había algo en la manera en que sus miradas se cruzaron que parecía diferente; la familiaridad de la noche anterior había dejado una huella, un lazo sutil que ambos podían sentir, aunque ninguno lo mencionara.

—¿Listo para enfrentarnos a otro día? —preguntó Amelie con una sonrisa, tratando de aliviar la tensión que flotaba en el aire.

Spencer asintió, devolviendo la sonrisa. —Listo. Aunque... —bromeó— todavía no sé si estoy preparado para dejar tu café por el de la oficina.

Amelie soltó una pequeña risa y le lanzó un suave golpe en el brazo. —Bueno, eso significa que tendré que invitarte más seguido.

El comentario, aunque dicho en tono ligero, hizo que ambos se detuvieran un segundo, el peso implícito en las palabras no pasó desapercibido. Pero antes de que la situación pudiera volverse incómoda, Amelie agarró su bolso y, con un gesto despreocupado, le indicó a Spencer que lo siguiera.

Salieron juntos del apartamento, bajando por las escaleras y saliendo al fresco aire de la mañana. Aunque ninguno lo dijo en voz alta, ambos sabían que algo había cambiado entre ellos. La complicidad que compartían había crecido, y aunque aún no sabían hacia dónde los llevaría, no podían negar que algo especial estaba floreciendo entre ellos.

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Al llegar a la oficina, el bullicio habitual los recibió. La vida continuaba en la Unidad de Análisis de Conducta, y aunque el trabajo les demandaría toda su atención, ambos sabían que esa conexión especial seguiría allí, aguardando el momento adecuado. El sonido de teléfonos sonando, teclados siendo aporreados, y conversaciones en voz baja llenaba el aire. Sin embargo, para ellos, había un tenue brillo en la mañana, una especie de energía compartida que los mantenía conectados incluso en medio de la actividad frenética de su entorno.

Hotchner los vio entrar juntos y asintió brevemente, reconociendo su llegada sin hacer ningún comentario. Amelie y Spencer se dirigieron directamente a la sala de conferencias, donde el resto del equipo ya estaba reunido, revisando la información más reciente del caso.

Emily, JJ y Morgan estaban examinando el perfil del asesino que habían elaborado, mientras que Pénélope revisaba las bases de datos en busca de conexiones adicionales entre las víctimas. Al notar la llegada de Amelie y Spencer, JJ les dedicó una sonrisa amistosa.

—Justo a tiempo —dijo JJ— Parece que hemos encontrado una posible pista en los registros financieros de la última víctima.

Amelie se acercó para revisar la información en la pantalla. Spencer se colocó a su lado, su atención dividida entre los datos y la expresión concentrada de Amelie mientras trabajaba. Había algo en la forma en que se movía, la manera en que sus dedos corrían por las páginas de los informes y la rapidez con la que captaba detalles que él encontraba asombrosa. Se había acostumbrado a la intensidad de su mirada mientras trabajaba, pero hoy, después de la noche compartida y la conexión que había sentido, la observaba con un nuevo tipo de admiración, más personal, más íntima.

FIXED POINT| spencer reidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora