| La llegada de Amelie Grant al equipo del FBI llama la atención del Dr. Spencer Reid, no solo por su belleza, sino también por su aguda inteligencia y su forma de abordar los casos.
Amelie desafía las expectativas de Spencer y pone a prueba su lóg...
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Amelie estaba tumbada en la camilla de la ambulancia, cada respiro se sentía como una punzada por el dolor que recorría su espalda debido a sus heridas. JJ, sentada a su lado, la observaba con el ceño fruncido, consciente de que, aunque no estuviera en peligro crítico, el dolor debía ser insoportable.
— Intenta respirar despacio, ¿vale? Te ayudará a manejar el dolor un poco mejor — dijo JJ, con una calma en su voz que solo alguien acostumbrado a este tipo de situaciones podía mantener.
Amelie cerró los ojos por un momento, concentrándose en las palabras de JJ, aunque el ardor en su espalda apenas le daba tregua. — No... es fácil — murmuró, con un toque de humor amargo. —Prefiero... estar persiguiendo al tipo con ustedes.
JJ dejó escapar una pequeña risa, admirando la valentía de Amelie incluso en un momento así.—Lo sé, pero ahora deja que nosotros nos encarguemos de él. Te necesitamos de vuelta en una sola pieza, ¿de acuerdo?
Amelie intentó asentir, pero el movimiento hizo que sus músculos se tensaran aún más, provocándole un quejido. A pesar de eso, trató de mantenerse firme. —Voy a estar bien... solo avísame si sabes algo del equipo.
Amelie respiró más tranquila, aunque el dolor seguía ahí. Saber que todos estaban bien le daba fuerzas para resistir un poco más.
Mientras tanto, en la escena del crimen, Spencer estaba revisando pistas con una intensidad poco común, su mente dividida entre el caso y Amelie. Sabía que no estaba en un estado crítico, pero el pensamiento de cuando había sufrido lo inquietaba. Morgan, lo observaba de reojo mientras preparaba los detalles para la siguiente fase del plan.
— Reid, sé que estás preocupado por Amelie— comentó Morgan, acercándose mientras recogía su equipo. —Pero ella es fuerte, está bien. Ahora tenemos que concentrarnos en atrapar a este hijo de perra para que no vuelva a hacerle daño a nadie más.
Spencer asintió, intentando sacudirse el malestar que lo consumía. —Lo sé, Morgan. Solo... no puedo sacarme de la cabeza lo que debió haber pasado.
Morgan puso una mano en su hombro. — Tú haces lo que mejor sabes hacer. Y eso es lo que va a hacer la diferencia aquí. Vamos a atraparlo.
Reid respiró hondo, encontrando en esas palabras algo de la calma que necesitaba. Sabía que la preocupación por Amelie no iba a desaparecer de inmediato, pero tenía que concentrarse en lo que estaba en sus manos.
Hotchner entró en la habitación que se encontraban — Oigan, García tiene algo.
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Por otro lado Amelie, tendida en la camilla del hospital, respiraba lentamente mientras intentaba mantenerse enfocada. Había hablado con un oficial de policía que llegó al hospital un tiempo después. Con esfuerzo, logró darle las descripciones detalladas del hombre que recordaba haber visto y entre ambos, usando las descripciones precisas de ella, lograron construir un retrato.
