NADA GRAVE| 12

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Amelie se encontraba de pie frente a la mesa de conferencias, observando los informes dispersos, tratando de enfocarse en el nuevo caso

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Amelie se encontraba de pie frente a la mesa de conferencias, observando los informes dispersos, tratando de enfocarse en el nuevo caso. Sin embargo, su mente estaba difusa, como si una nube espesa la envolviera. Su cuerpo dolía, una sensación que no podía definir con claridad. Los últimos días habían sido agotadores, pero ella insistía en que estaba bien, aunque en el fondo no terminaba de reconocerse. Desde el secuestro, todo parecía diferente.

Había estado alojándose en un hotel. Ir a su propio apartamento la hacía sentir insegura de un modo que se negaba a admitir. Se decía que era solo temporal, que necesitaba tiempo para reponerse, pero las marcas en su espalda, recordatorio de la brutalidad del Ingeniero, la hacían sentir vulnerable. Aun así, cuando alguien le preguntaba cómo se encontraba, su respuesta era automática: "Estoy bien." Todo el mundo parecía exagerar, sobre todo los médicos y, por supuesto, el equipo.

La doctora había sido clara: descanso y terapia. Además, le había recetado una serie de medicamentos para el dolor y la ansiedad, que Amelie había estado tomando en grandes cantidades, buscando alivio para el malestar físico y emocional. JJ y ella decidieron contarle al equipo una versión suavizada de lo que le habían recomendado. No era tan grave, les dijeron, lo suficiente para que Hotch aceptara que siguiera trabajando, aunque ella notaba la duda en su mirada. Solo JJ sabía la verdad, y aunque había apoyado a Amelie al principio, ahora empezaba a notar que algo no estaba bien.

Spencer Reid, por otro lado, era un caso aparte. Nadie mejor que él para notar los detalles más sutiles, para detectar los patrones que los demás ignoraban. Amelie lo sabía. Y, aunque intentaba seguir con su fachada, cada día le costaba más. Sus movimientos eran torpes, su sonrisa tensa, y su mente se desconcentraba fácilmente. Spencer la observaba con su habitual meticulosidad, pero no decía nada... hasta hoy.

Esa tarde, mientras el equipo revisaba las pistas del nuevo caso, Reid se acercó a Amelie en la sala de descanso. JJ estaba atendiendo una llamada, y Morgan estaba ocupado con los informes. Spencer aprovechó el momento, usando ese tono suave y casi tímido que reservaba para las conversaciones delicadas.

—Ames, ¿podemos hablar un momento? —preguntó con cautela, su mirada atravesándola con preocupación.

Amelie levantó la vista, frunciendo ligeramente el ceño. Un dolor constante se extendía por su cuello, y su paciencia estaba al borde del colapso. El efecto de los medicamentos le hacía sentirse aún más desconectada, pero ella intentaba mantener la compostura.

—¿Sobre qué? —respondió, su tono más brusco de lo que pretendía, pero Spencer no se inmutó.

—He estado observándote —comenzó con esa lógica implacable que lo caracterizaba—. Y creo que los médicos se equivocaron al no derivarte a terapia. Te estás forzando más de lo que deberías.

FIXED POINT| spencer reidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora