Tiempo

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Katsuki se encontraba calentando, preparándose para su pelea. No importaba el cansancio, la ansiedad, ni la tristeza de su triste alma. Estaba ahí, listo para darlo todo en el escenario.

Escucho su amado y famoso apodo y salió de las oscuridades, listo para una pelea más. Podía sentir su corazón latir con fuerza, más extasiado de lo normal. Tenía una imagen en mente, ganar y poder hacer lo que desde hace una semana esperaba.

Volver a ver al peliverde.

Desde aquel accidente en el oscuro callejón no se sacó de la mente ese momento. Quería más, y por como él era, lo iba a lograr. No había nada que no estuviese en su poder, así que con los puños en alto avanzó con los pies firmes.
Sabía donde estaba y donde quería estar.

Solo necesitaba esa mirada para confirmarlo.

Subió la mirada, entre las luces lastimosas. El ruido apoyando su nombre, gritos, gente, más gente.
No podía distinguir entre todo lo que sucedía entre el público. Su ceño empezó a arrugarse y la sonrisa de victoria que lo caracterizaba fue desapareciendo.

Buscó, buscó, y buscó. Su mirada confundida se fijó en el asiento que tan bien conocía.

Estaba ocupado por un desconocido, todo empezó a volverse borroso, su cuerpo temblaba y su respiración fue convirtiéndose anormal, hasta que despertó por un puñetazo en el rostro.

La pelea había empezado, y su corazón se estaba quebrando. Otro golpe apareció, tumbando su pecho, rompiéndolo en el impacto.

No podía reaccionar, trato de esquivar. Quería huir. Su mirada no mostraba nada más que miedo. Su contrincante no dejaba de tirar golpes, y el no era capaz ni de levantar la mirada.

Estaba solo.

Las golpizas dolían y le destrozaban la mente. La fuerza había desaparecido, su esperanza y su fé también.

[. . . ]

Meses después.

— ¿No te parece genial? Mis amigas nos dieron pases para ir. — Anuncia emocionada la pelicastaña, mostrando dos tickets. — ¡Estoy tan emocionada! Desde hace mucho quería ir a una exposición de la universidad.

— ¿Para cuando son? — Pregunta con una sonrisa tierna, apartando la mirada del televisor para ver a su prometida.

— Para hoy, es a partir de las seis de la tarde. ¿Qué dices? ¿Vamos? — Dice con una gran sonrisa que logró una risotada por parte de su pareja.

— ¿Por qué no? — Responde, parándose del sillón y apagando la televisión. — Ve a arreglarte, nos vamos en un rato entonces.

— ¡Tú también! Quiero que sea una cita. — Dice, tomando a su novio de la mano y llevándolo a la recámara que compartían.

— Bien, ¿Qué esperas de mí? — Responde, sentándose en la cama para ver como la mujer ataca su armario.

— Yendo combinados, ¿qué color nos queda a los dos? — Pregunta al aire, checando mil prendas sin tener una idea en absoluto.

— Pues, ya sabes que mi ropa no sale del color verde, y negro... — Dice Izuku, rascándose la nuca.

— Y, yo no tengo nada de esos colores... — Dice desanimada, sentándose en la cama.

— Hey, pero, podemos comprar algo de camino allá para combinar. ¿Qué te parece? — Dice él, acariciando la espalda de la mujer. — No te pongas así, todavía hay tiempo para arreglarlo.

— Sí.. compremos algo. — Dijo, mirando el suelo con detalle.

— ¿En qué piensas? — Pregunta el peliverde parándose de la cama para tomar ropa de su armario.

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⏰ Última actualización: Dec 06, 2024 ⏰

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Clandestino .ᐟ dkbkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora