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Fiel a su palabra, Lisa regresó unas horas después, cargando una bolsa con comida que había comprado para las dos. La tensión que Jennie había sentido mientras esperaba comenzó a disiparse al ver la sonrisa cálida de Lisa. Ella había elegido unas quesadillas llenas de queso, con carne y vegetales frescos. El aroma que emanaba de ellas era tentador, y cuando Jennie dio el primer bocado, sintió cómo su estómago se llenaba de una calidez reconfortante.

Pero lo que más la emocionó fue el postre que Lisa había traído: un pedazo de pastel de chocolate. El simple hecho de ver el pastel la llenó de alegría, hacía tanto tiempo que no disfrutaba de algo tan indulgente. Al probarlo, cerró los ojos, saboreando cada mordisco, como si quisiera que ese momento durara para siempre.

Comieron juntas en silencio, disfrutando de la comida y de la compañía. A pesar de que ambas sabían que la conversación pendiente era inevitable, ninguna parecía dispuesta a apresurar el momento. Jennie estaba agradecida por el respiro, por la oportunidad de disfrutar de una comida sin preocupaciones, sin sentir la urgencia de tomar una decisión inmediata.

Después de un rato, Jennie decidió compartir un pequeño gesto de agradecimiento. Le ofreció a Lisa unas galletas que su vecina le había regalado el día anterior. "Son de mantequilla, la señora Campbell las hace ella misma", comentó mientras extendía la caja. Lisa tomó una y le dio un mordisco, asintiendo con aprobación. "Están deliciosas", dijo, sonriendo.

Ese simple intercambio de comida, de momentos compartidos, hizo que Jennie se sintiera un poco más tranquila, un poco más capaz de enfrentar lo que estaba por venir. Aunque el tema de las llaves y la propuesta de Lisa aún colgaba en el aire, por un breve instante, todo parecía más manejable.

Luego de terminar la comida, Jennie se ofreció a preparar un café, y Lisa aceptó con una sonrisa agradecida. Mientras el aroma del café fresco llenaba la pequeña cocina, ambas sabían que la conversación pendiente no podía posponerse más.

Jennie colocó dos tazas de café en la mesa, y Lisa tomó un sorbo, aprovechando el momento de calma antes de decir lo que tenía en mente. Luego, dejó la taza en la mesa y miró a Jennie directamente a los ojos, su expresión era seria, pero llena de sinceridad.

"Mira, Jennie. Yo sé que todo esto que te estoy proponiendo quizás es mucho, pero te lo pongo de la siguiente manera: si decides seguir aquí, yo nunca te voy a dejar de dar dinero para comida. Me carcome saber qué pasaste hambre. Por otro lado, creo que todo ser humano es digno de tener un baño propio, y este lugar ni siquiera eso posee".

Jennie sintió un nudo en la garganta, queriendo interrumpir, pero Lisa levantó una mano suavemente para que la dejara continuar.

"No quiero que pienses que querré algo a cambio", continuó Lisa con una voz firme pero suave. "No quiero nada de ti, no quiero que hagas nada ni que me des nada. Ni siquiera tienes que pasar tiempo conmigo si no lo deseas. Esto es única y exclusivamente para tu bienestar".

La castaña bajó la mirada, sintiendo el peso de las palabras de Lisa. El nudo en su garganta se hacía más grande, y las lágrimas amenazaban con desbordarse nuevamente. Era difícil procesar la idea de que alguien pudiera ofrecerle tanto sin esperar nada a cambio. La gratitud y la duda se mezclaban en su mente, dejando un torbellino de emociones difíciles de ordenar.

Lisa, notando la lucha interna de Jennie, se inclinó un poco hacia adelante y tomó sus manos. "Solo quiero que tengas una vida mejor, Jennie. Eso es todo lo que quiero. Porque nadie merece vivir así, mucho menos alguien tan joven y con tanto potencial como tú. Te mereces una oportunidad, y quiero ayudarte a encontrarla".

Asintió lentamente, incapaz de articular una respuesta coherente, pero sabiendo que Lisa realmente hablaba en serio. La calidez de sus manos y la firmeza de su voz le dieron una especie de paz que no había sentido en mucho tiempo. A pesar de las dudas y los miedos, una parte de ella comenzaba a creer que quizás, solo quizás, merecía esa oportunidad que Lisa le estaba ofreciendo.

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