Anémonas

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El sol del día siguiente brillaba con intensidad, y Chimon caminaba hacia la universidad con una mezcla de entusiasmo y cansancio por el primer ensayo de teatro. Mientras avanzaba por la calle, sus ojos se posaron en una florería que destacaba por su tamaño y la variedad de flores en exhibición. Las vitrinas estaban adornadas con arreglos vibrantes que capturaron la atención de Chimon de inmediato. La curiosidad pudo más que su prisa, y decidió entrar para explorar.

- Wow, este lugar es impresionante.- Susurró Chimon mientras se adentraba.

Al cruzar la puerta, un aroma a flores frescas lo envolvió. Las paredes estaban llenas de ramos y arreglos florales que iban desde las más exóticas hasta las más simples y elegantes. El dueño, un hombre mayor con un semblante amable y una gran pasión por las flores, lo saludó con una sonrisa cálida.

- Buenos días. ¿Cómo puedo ayudarte hoy?

- Hola. Solo estoy echando un vistazo. Este lugar es increíble. - Respondió Chimon mientras no dejaba de observar su alrededor.

- ¡Me alegra que te guste! Soy el propietario de esta florería. Si tienes alguna pregunta sobre las flores o necesitas ayuda para regalar alguna, no dudes en decírmelo. - Dijo carismático mientras veía la fascinación de Chimon al mirar cada flor.

- ¡Claro! Me encantaría saber más sobre las diferentes variedades que tienen aquí, aunque bueno, creo saber de memoria el significado de cada una de ellas - Expreso algo avergonzando.

El señor lo miro con fascinación, como si se viera reflejado en él.

- Me alegra encontrar a alguien que comparte el mismo entusiasmo. Siempre es un placer hablar con alguien que entiende el verdadero valor de las flores, puedes venir cuando quieras a beber una taza de café en el jardín. Porque olvidé mencionar que también es una cafetería por la parte trasera, muy visitado por los adolescentes de tu edad. - Compartió el señor mientras volvía a su lugar en el cajero.

- Muchas gracias. Me encantaría volver y charlar más contigo. Y por cierto, lamento no presentarme antes, Soy Chimon Wachirawit. Es un gusto señor...

- Puedes llamarme Thirawat, será un placer tenerte de vuelta, Chimon. Y por cierto- Dijo el hombre agachándose un poco bajo su mesa para luego sacar un pequeño ramo de 3 flores Anémonas. - Esto es para ti, llévatelo de regalo para alguien especial o para ti mismo.

Chimon encantado tomó las flores, lo agradeció y se despidió con una sonrisa. Sin embargo, la conversación y la fascinación por las flores lo hicieron perder la noción del tiempo. Al darse cuenta de lo tarde que se había hecho, aceleró su paso hacia su universidad.

Al llegar al campus, Chimon se encontró con un grupo de estudiantes que estaban haciendo ejercicio por haber llegado tarde y un profesor al darse cuenta de su llegada lo hizo dar algunas vueltas a la cancha. Mientras corría, notó a Ohm y Perth, que estaban charlando cerca de las gradas mientras caminaban.

- Oh ha llegado tarde el nuevo, te perdiste juntando esas florcitas en el bosque, caperucita roja - Se escuchó por parte de Ohm, quién al ver a Chimon, no dudo en hablar.

- A caso las flores son para Ohm? Oh Chimon, esto es solo una obra, no te hagas ilusiones - Añadió Perth por su lado, mirándolo con desdén.

Sin embargo ambos dejaron de reírse, ambos chicos intercambiaron miradas y Ohm comenzó a correr al lado de Chimon, lo suficientemente cerca para que lo escuchara solo él.

- Oye, lo siento. Solo bromeábamos, no pongas esa cara - Habló para luego tratar de acariciarle el pelo, pero Chimon esquivó su toque.

- Pero cuéntanos, por qué el niño prodigio ha llegado tan tarde. - Se metió Perth, y Chimon solo deseaba que las vueltas sean completadas para ir a su salón.

El Lenguaje de las Flores || PerthChimon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora