Capitulo 16 | Obsesionado.

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Al día siguiente, nos despertamos con una única idea en mente: encontrar a Matt. Mi madre insistió en acompañarnos, pero logré convencerla de que se quedara a salvo en la fábrica. Le aseguré que ya tenía experiencia en cuidarme, y aunque dudó, finalmente aceptó después de mi insistencia.

Samu cargó gasolina, y esta vez partimos solo cuatro: Samu, Nick, Chris y yo. Llegamos al lugar donde habíamos dejado la búsqueda el día anterior y comenzamos de nuevo. Caminábamos por el bosque, buscando cualquier pista que pudiera llevarnos a Matt. Estaba al lado de los tres chicos cuando de repente, dos figuras conocidas aparecieron frente a nosotros, apuntándonos con armas. Eran Daniel y su amigo.

—¿Dónde está Matt? —le grité con furia, sintiendo el odio hervir dentro de mí.

Chris y Nick lo miraron con la misma intensidad. Chris tenía lágrimas en los ojos, pero su rostro estaba lleno de ira.

—Responde a su pregunta —habló Samu, su voz firme y llena de tensión.

Daniel sonrió con malicia antes de responder.

—Oh, Matt... es un zombie patético ahora —dijo, con un tono cruel que me hizo estremecer.

Chris apretó los puños, su rostro una mezcla de dolor y enojo, mientras que Nick lo miraba con una furia silenciosa.

Daniel comenzó a acercarse a mí, y el desprecio en sus ojos era inconfundible.

—Si tan solo me hubieras elegido a mí, Matt estaría bien... aunque aún estás a tiempo —dijo, con una voz que me heló la sangre.

Lo miré, sin comprender del todo lo que estaba insinuando.

—¿Qué? ¿A qué te refieres? —pregunté, tratando de mantener la compostura.

—He capturado de nuevo a los tres —dijo con una sonrisa retorcida—. Los dejaré libres si aceptas irte conmigo.

Las palabras de Daniel resonaron en mi mente como una pesadilla, y el mundo pareció detenerse por un momento mientras procesaba lo que acababa de decir.

Las palabras de Daniel se quedaron flotando en el aire, llenando el silencio con un peso insoportable. Sentí como si el suelo se desmoronara bajo mis pies, y la desesperación se apoderó de mí. Mis amigos estaban en sus manos, y la única forma de salvarlos era entregándome a el.

 —¿Qué clase de persona eres? —le grité, el dolor y la rabia mezclándose en mi voz—. ¡Matt, Kiara, Asher, ellos no te hicieron nada!

Daniel se encogió de hombros, su sonrisa nunca desapareciendo.

—Ellos son solo daños colaterales, Atenea. Siempre supe que era cuestión de tiempo para que te dieras cuenta de que yo era la mejor opción para ti. —Dio un paso más hacia mí, y el odio en sus ojos fue reemplazado por una oscura determinación—. No tienes otra elección.

Stay |  Matt SturnioloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora