ᅠᅠ01. un sueño

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Tras lo que pareció una eternidad, Leiko abrió los ojos al sentir la suave luz del sol colarse por las cortinas de la habitación, iluminando la estancia

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Tras lo que pareció una eternidad, Leiko abrió los ojos al sentir la suave luz del sol colarse por las cortinas de la habitación, iluminando la estancia. Se tapó los ojos con el brazo, queriendo dormir unos pocos minutos más. Por su cabeza corrían pequeños flashes del sueño que había tenido esa noche, demasiado confusos como para llegar a ponerlos en orden y entenderlos. 

La puerta de la habitación se abrió despacio, provocando que los ojos de la chica volvieran a abrirse, esta vez en dirección a la puerta. Tras ella, la silueta de su pareja se dejó iluminar por la luz que se colaba por la ventana. 

—Anda, si ya estás despierta —dijo el chico, sonriendo mientras volvía a cerrar la puerta y se acercaba a la cama. Una sonrisa se dibujaba en sus labios mientras apoyaba ambas manos sobre el colchón y acercaba su rostro al de la chica—. Buenos días, preciosa. 

Los labios del chico se unieron con los de ella, en un suave beso de buenos días. 

—Buenos días, Tooru —susurró finalmente Leiko, abriendo los ojos de vuelta para ver sobre ella el rostro de su pareja. 

—¿Has dormido bien? —preguntó él, apartando algunos mechones del rostro de ella, acariciándola suavemente con la punta de sus dedos. 

Leiko se sentó en el colchón, frotándose suavemente los ojos mientras que Tooru se alejaba para buscar su ropa para ese día. La mirada de la chica se fijó en el cuerpo de su pareja, quién mostraba todo su torso completamente. Su espalda, bien definida y tonificada, se encogía tras los movimientos que Tooru hacía con sus brazos, rebuscando entre las prendas de su armario. Una toalla cubría la parte inferior de su cuerpo, escondiéndole de la completa desnudez y su cabello, aún algo mojado, dejaba caer pequeñas gotas frías por su espalda. 

—Sí, he dormido bien —respondió Leiko finalmente, aún sintiendo que necesitaba unos minutos para despertarse por completo. 

Tooru se fijó en el tono de voz de Leiko, algo ronco y apagado, y soltó una pequeña risa. Se puso una camiseta blanca básica y unos calzoncillos, dejando entrever la curvatura de su espalda baja al dejar caer la toalla al suelo. Terminó de secar su cabello y dejó la toalla en una silla, acercándose de vuelta a Leiko para tomar su mentón con su dedo índice, levantar su cabeza e inclinarse para volver a besarla. 

𝗙𝗜𝗥𝗘,ᅠtooru oikawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora