ᅠᅠ02. aoba johsai

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Y tras unos días llenos de paz y tranquilidad, el sonido de la alarma del teléfono de Leiko inundó toda su habitación, despertándola así de un corto pero reparador sueño

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Y tras unos días llenos de paz y tranquilidad, el sonido de la alarma del teléfono de Leiko inundó toda su habitación, despertándola así de un corto pero reparador sueño. La chica tomó asiento en el borde de su cama, frotándose los ojos y apartando los mechones de su cabello que caían por su frente para despejarse.

Miró hacia su armario, en el pequeño pomo estaba colgada una percha con su uniforme de la Preparatoria Aoba Johsai, en la cual ese día comenzaría su segundo año. Se levantó de la cama y se estiró, saliendo de su habitación para desayunar junto a su madre.

—¿Has dormido bien, cariño? —le preguntó Kaiyo, dejando frente a Leiko su plato de desayuno ya preparado—. Hoy voy a necesitar que prepares tú la cena.

—Anoche me quedé hasta muy tarde hablando con Tooru y Hajime por teléfono, pero he dormido bien —respondió, llevando hasta su boca una tostada con mantequilla y mermelada de fresa. Asintió a lo siguiente que dijo su madre, dándole un trago al zumo de naranja—. ¿Turno doble?

Kaiyo suspiró, levantándose de la silla a toda prisa.

—Sí, cielo —dijo mientras se quitaba el delantal y llevaba su plato y su vaso al fregadero—. Tengo que cubrir a una compañera, pero no te preocupes, estaré aquí para la hora de cenar.

Leiko sonrió, viendo como su madre se movía por la cocina y el salón para terminar de prepararse para salir mientras ella continuaba desayunando. La mujer dejó un beso en la mejilla de su hija antes de salir mientras Leiko recogía su plato y vaso para llevarlo al fregadero y limpiar todo.

Después, subió las escaleras para regresar a su habitación y ponerse el uniforme: una camisa azul, un chaleco de punto color crema, una chaqueta blanca y una falda plisada con estampado de cuadros. Ese día no se pondría el chaleco, hacía demasiado calor como para llevar todas esas capas de ropa y tampoco era necesario que llevase el uniforme completo, por lo que se dió el lujo de modificar el conjunto a su gusto.

Al terminar de vestirse, fue al baño para limpiarse los dientes y peinarse rápidamente para después regresar a su habitación, recoger su teléfono, su bolsa y salir corriendo de casa tras ponerse los zapatos.

𝗙𝗜𝗥𝗘,ᅠtooru oikawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora