Cinco horas después:
Barbara había estado buscando por la red información importante sobre el paradero de las Midoriyas, pero no logro encontrar nada de valor.
Barbara estaba por desplomarse por el sueño y el cansancio, hasta que una alarma se activó.
Barbara ve por las cámaras de seguridad, y ve de quién se trataba.
Barbara: No inventes.
Barbara estaba con cara de seriedad al ver de quién se trataba.
Selina: Oye, Barbara, abre ya, mi bebé se está congelando.
Barbara desactiva las defensas de su escondite, y anula los cerrojos de la entrada.
Selina y su bebé entran al edificio, pero lo que no sabía Barbara, es que alguien más entró al lugar, a través de los ductos de ventilación.
Selina y su bebé suben al elevador, y llegan hasta el último piso, en el cual se encontraba Barbara.
La bebé gatea directo hacia Barbara, y la abraza de las piernas.
Barbara: Hola, Lena, ¿como está mi gatita favorita?
Lena le sonríe ampliamente a Barbara, y esto llena de felicidad a la hija del comisionado.
Selina: Lena se ha portado excelentemente bien, es muy obediente, me escucha, no hacé ningún desastre.
Barbara: Eso no lo heredó de ti.
En ese momento, ambas escuchan unos pasos.
Selina saca su látigo, y Barbara un bate de metal.
El desconocido entra al lugar, y resultaría ser Izuku.