10. Abraxas Malfoy

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Abraxas Malfoy

"El corazón se quebranta cuando, tras haberse dilatado sobremanera con la esperanza de tibio aliento, penetra y se encierra en la fría realidad."

Alejandro Dumas, El Conde de Montecristo

Octubre


La vida con Draco tenía un cierto tira y afloja. Hermione lo aprendió relativamente pronto en su nueva vida con él. Hubo compromiso, hubo progreso y también hubo algunos contratiempos. Pero a medida que septiembre se convertía en octubre en la fría distensión de su desacuerdo sobre su memoria, Hermione no podía evitar sentirse tironeada en todas direcciones, estirada con cada día que pasaba, esperando otro empujón o tirón que los llevara al límite. Porque se había dado cuenta de que, en ausencia de sus recuerdos, había algo más que quería. Y probablemente destrozaría las costuras que mantenían unida su cuidadosa civilidad, hecha pedazos por una mina terrestre que aún no habían desarmado.

Al día siguiente de su cumpleaños, Draco volvió a sacar su investigación del piso y habían acordado, en silencio, no discutir si seguía o no buscando respuestas. Esa cosa tácita entre ellos se convirtió en una tercera persona en la habitación en todo momento: un extraño constante que pedía atención, pero nunca era reconocido. Porque cuando podían ignorar a su intruso, relegado a los rincones oscuros que evitaban, podían fingir que vivían una vida bastante encantadora en la que Draco volvía a dormir en su propia cama y Hermione llevaba un anillo en la mano izquierda.

Podía dormir apretada contra su pecho, cálido y sólido y evocador de una sensación que solo podía describir como hogar.

Podía empezar el día pasándole las manos por su pelo normalmente impecable, totalmente impreciso tras una noche pasada contra la almohada.

Y ella podría recibir su sueño con suaves besos en los labios y el cuello de él, disculpas por las conversaciones que estaban ignorando y promesas de que lo resolverían.

Pero hasta ahí había llegado su intimidad desde el cumpleaños de Hermione. Otra barrera había sido erigida por el desacuerdo que ignoraron en aras de estirar lo más posible su pedacito de paz y felicidad.

Hermione solo podía sobrevivir en el medio durante un tiempo.

—Quiero usar un pensadero, —dijo ella, sentándose en el borde de la cama mientras Draco seleccionaba su ropa del vestidor.

Supuso que tendría objeciones. No previó la forma en que la temperatura de la habitación se desplomó en sincronía con la forma en que él se aquietó. Cada músculo, cada nervio, se congeló. Hermione contó sus respiraciones, recordando la última vez que habían tenido esta conversación, hacía tanto tiempo.

Finalmente, se movió de nuevo, volviéndose hacia ella desde donde estaba en la puerta del vestidor. Ella se negó a retractarse de sus palabras. Lo decía en serio. Se había dado cuenta de que eso era lo que necesitaba, los recuerdos de los demás eran las únicas partes de su tiempo perdido que podía conocer. Y quería conocerlos.

Sabía que él no lo entendía, pero ella necesitaba que lo hiciera. Aunque sus sanadores pensaran que usar un pensadero podría dañar su capacidad de recuperar alguna vez sus recuerdos, Hermione ya había aceptado la pérdida de sus recuerdos como una parte permanente e irreparable de su existencia. Tanto era así que perder incluso la más infinitesimal posibilidad de que pudieran volver le valía la pena a cambio de la absoluta certeza de poder ver lo que se estaba perdiendo de los recuerdos de los demás. Un pensadero era lo más cerca que podía estar de conocer su propia historia.

Wait and Hope - Dramione (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora