2. Ronald Weasley

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Ronald Weasley

"Hay dos miradas: la del cuerpo y la del alma. La mirada del cuerpo puede olvidar a veces, pero la del alma recuerda siempre."

Alejandro Dumas, El Conde de Montecristo

Febrero


—A lo mejor si probáramos a usar un pensadero, —empezó Hermione, abordando el tema por tercera vez aquella semana durante el desayuno.

La vida con Malfoy se había asentado en una extraña especie de distensión en la que Hermione reconocía que no era el matón de la infancia convertido en mortífago renuente que ella recordaba y él seguía andando de puntillas a su alrededor como si esperara que huyera en cualquier momento. Él se iba a trabajar; ella se quedaba en el piso investigando. A veces quedaba con Harry o Ginny para comer. Pero, sobre todo, leía. Leyó cientos de Profetas. Leyó todas las revistas médicas, muggles y mágicas, que encontró relacionadas con la pérdida de memoria. Y leyó, de mala gana, un historial de mensajes de texto dolorosamente embarazoso en el que había enviado todo tipo de confesiones de amor y adoración a un mago que claramente no tenía ni idea de cómo responderle. Eran cariñosos, dulces de un modo extraño y, sin embargo, solo con leerlos se le erizaba la piel de mortificación.

—De ninguna manera, —dijo Malfoy con mucho menos vitriolo que la última vez que había sacado el tema de los pensaderos.

Lo intentó de nuevo, buscando un tono tranquilo y sereno: razonable.

—Los propios sanadores han admitido que mi caso no tiene un precedente exacto...

—Y, sin embargo, insistieron en que ver los recuerdos de uno mismo desde la perspectiva de otra persona podría distanciarte aún más de los tuyos...

—Pero si no voy a recuperarlos en absoluto...

Su puño cerrado se hundió en la mesa. El impulso de su golpe frustrado se convirtió en algo cuidadoso y controlado, que aterrizó suavemente contra la madera. Hermione se fijó en sus ojos mientras él se calmaba, invocando su Oclumancia.

—No digas eso, —le espetó.

—¿Decir qué? ¿Que podría no recuperar mis recuerdos? A estas alturas, puede que no, Malfoy.

Una mueca de dolor se dibujó en su boca antes de volver a mostrar una expresión neutra.

—Solo ha pasado un mes, —dijo, sereno.

Hermione resopló, apartándose los rizos que se le habían caído hacia delante mientras lo debatía.

—Un mes es mucho tiempo.

—Ni de lejos seis años.

Hermione frunció el ceño.

—Eres más terca que esto, —dijo Malfoy cuando ella no obtuvo respuesta.

—¿Perdón?

Se recostó contra su silla, con los brazos cruzados delante de él. Ladeó la cabeza y levantó una ceja: un torrente de la clásica postura de Malfoy. Para sorpresa de Hermione, algunas de sus defensas parecieron deslizarse.

—Eres demasiado terca, y lo digo en el mejor sentido de la palabra, para resignarte al fracaso después de un solo mes.

Hermione abrió la boca para responder, pero la volvió a cerrar antes de que le salieran las palabras. La indignación y la frustración se abrieron paso hasta la punta de su lengua. Pero estaba demasiado distraída por las arrugas en las comisuras de los ojos de Malfoy: una sonrisa que no se acercaba a sus labios. Le paralizó el cerebro y la boca.

Wait and Hope - Dramione (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora