En el corazón del crimen

La reunion de sangre

Los capos de los carteles más poderosos se reunieron en un lujoso salón, rodeados de una atmósfera cargada de tensión y respeto. Aidan y Visha, con Morgana en brazos y Jackson a su lado, llegaron al centro de la sala, sabiendo que esta reunión marcaría un antes y un después en el destino de sus familias.

Uno a uno, los capos presentaron a sus herederos, niños y jóvenes que, en un futuro no muy lejano, tomarían las riendas de los imperios que sus padres habían construido. El ambiente se volvió solemne cuando el jefe más antiguo tomó la palabra, su voz profunda resonando en las paredes del salón.

—Hemos construido nuestros reinos con sangre, sudor y sacrificio. Hoy, con la llegada de nuestros herederos, es momento de establecer una nueva regla: solo aquellos que llevan nuestra sangre tienen derecho a estar en este círculo. Nadie que no sea descendiente directo de alguno de nosotros podrá reclamar un lugar aquí.

La declaración provocó murmullos y miradas de acuerdo entre los capos. Aidan miró a Visha, ambos entendiendo las implicaciones de este acuerdo. Sus hijos, Jackson y Morgana, estarían protegidos, pero también estarían bajo la presión de llevar el legado del Cártel del Fénix.

Aidan se levantó, tomando la palabra con la autoridad que le caracterizaba.

—Estoy de acuerdo con esta regla. Pero también propongo que esta generación de herederos se forme no solo en poder, sino en lealtad y respeto mutuo. Que crezcan sabiendo que, aunque somos rivales, compartimos una historia y un destino. Juntos, somos más fuertes.

Los demás capos asintieron en aprobación, sellando el pacto con un brindis. Los niños observaban a sus padres, entendiendo, quizás por primera vez, el peso de sus futuros roles.

Visha, con Morgana en brazos y Jackson aferrado a su mano, se sintió más determinada que nunca. Su familia estaba destinada a grandes cosas, y haría todo lo posible para prepararlos para el camino que les esperaba.