Armando.
—¿Dónde carajo está la colombiana? — pregunto enfadado sin dejar de mirar alrededor para ver si la encuentro, pero nada. No hay rastros de su presencia.
—Te juro que no lo sé Aretas, estaba seguro de que se encontraba en el baño porque vi que se dirigía a este, pero al entrar no la encontré. — responde Montanna, el tipo a cargo de la seguridad de la amiga de Isabel, el cual no quita la expresión de aburrimiento, aún y cuando sabe que se acaba de meter en un problemón por perderla de vista
—Pues encuéntrala idiota, a Isabel le importa mucho la muchacha como para dejar que algo le suceda.
—Bien, pero ya que usted también está aquí, ayúdeme. Yo la buscaré en el segundo piso y usted revise de vuelta los baños, a lo mejor pudo haber entrado al de hombres sí es que tenía tanta urgencia. — ordena, como si fuera mi puto jefe, me es imposible no mirarlo mal cuando esté me pregunta si entendí, como si estuviera hablando con un niño
—No me des órdenes Montanna, te recuerdo que trabajas para mí, así que ten cuidado en cómo te diriges a mi
—Corrección señor, trabajo para su madre, y le recuerdo que soy un sicario, no niñero. No le parece que la chica sea demasiado grandecita como para andar como un perro detrás de ella, es patético. — refuta como pendejo mañoso
—Tú solo haz lo que se te ordeno sin quejarte, a lo mejor y solo sea por esta vez que te toque hacer de niñero.
—Eso espero
Sin mencionar nada más nos emprendemos en la búsqueda de la colombiana, que a pesar de ser adulta tiene personalidad de pendeja infantil. No se que le vio mi madre para agregarla al grupo, y sin consultarme, cuando fui yo el que se la remo para sacarla de la prisión. Y ahora nos pone de niñero, aunque bueno... en realidad a mí no, yo solo vine por si Montanna precisaba de mi ayuda y para corroborar que la chica no nos traicione.
Me abro paso en la pista empujando a los idiotas que me prohíben el paso, echó un vistazo rápido a la barra donde fue que la vi por última vez, pero nada, no hay señales de ella, ni de los bartender con los que hablaba.
Llegó hasta el baño de mujeres en donde hay dos chicas esperando para entrar, estás al ver que me apoyo en la pared a la espera de poder entrar, me miran raro, casi como si me estuvieran acusando con la mirada.
—¿Qué? — preguntó de malas, harto de sus miradas juzgadoras
—No estás vestido de mujer, y tampoco actúas como una, así que carajos haces en la fila del baño para damas, pendejo — encara una rubia, de maquillaje corrido y que no me llega ni a los hombros
Prendida de su brazo está una mujer morocha, de anteojos y vestida como una bibliotecaria. Ambas lucen totalmente diferentes que se diferencia cual es la más peleonera, mientras la rubia me mira de pies a cabeza examinando, la otra se esconde detrás de ella y apenas me voltea a ver.
—Estoy buscando a mi novia
—Que me ves cara de estúpida — «no, en realidad puta barata». Me muerdo la lengua para evitar problemas, y no desquitarme con ella por la imprudencia de la otra mujer
—Solo quiero me digan si vieron a una mujer pelinegra, trae un vestido negro y es un poco más bajita que ustedes
—¿Una pelinegra? — pregunta la morocha, quién aún se mantiene atrás de su amiga
—Si, su cabello le llega hasta la cintura. Me dijo que vendría al baño, pero ya se tardó demasiado y me preocupa — miento, en realidad no me preocupa, solo no quiero que nos meta en problemas
—Creo que vi a una chica tal cual como la describiste entrando al baño de hombres, nosotras llevamos tiempo esperando para ingresar
—¿Es la misma que parecía que iba a vomitarse encima? Por la forma en la que caminaba y sujetaba su panza — pregunta la rubia a su amiga
—Si la misma, por dios se le veía super fatal, espero esté bien — expresa con preocupación
Me doy la vuelta agradeciéndoles por su ayuda, y camino pensativo al baño de hombres, ¿que se le dio por ingresar ahí? ¿Tanta urgencia tenía que tuvo que tomar esa decisión estúpida?
Tomo el picaporte para ingresar pero enseguida fruncí el ceño al percatarme de que la puerta está trabada, apoyo mi oreja en esta para verificar si se escucha algo, hasta que un estruendo y algo romperse me hicieron alejarme abruptamente de la puerta. Unos quejidos, gritos y golpes me pusieron alerta, así que rápidamente saco mi arma y sin pensarlo pateó la puerta tirándola abajo. La escena que mis ojos ven es repugnante, y no lo digo por la morena que se encuentra en un rincón sucio de vómito y sangre y que además tiene la mirada perdida fuera de sí. Sino por los tipos que están tendidos en el suelo con sus órganos fuera de su lugar, sus testículos esparcidos por el suelo —el cual está totalmente manchado de su sangre—, y a los cuales les faltan sus ojos.
Una leve sonrisa se me escapa al notar lo que pasó, casi instantáneamente mis piernas se mueven a cattleya, que por su apariencia pareciera que se hubiese escapado del loquero.
Su cabello está desordenado, su maquillaje hecho un desastre, su vestido roto y su cuerpo totalmente sucio de sangre.
Me quito la chaqueta al reparar sus heridas. No puedo sacarla así del boliche, de lo contrario, llamaré la atención. Al intentar ponerle la prenda, la colombiana reacciona de forma defensiva. Tira de mi antebrazo haciendo que mi rostro choque contra la pared, pasó este por mi espalda y se sube encima mío para quitarme el arma y apuntarme con ella a la cabeza.
🤍: Primero para empezar me disculpo por la tardanza de este capitulo, y segundo agradezco su paciensa. Voy a intentar ser mas constante con las actualizaciones.
🤍: Espero les guste. No se olviden dejar su voto y comentar.
🤍: Si el capitulo llega a los 20 votos les subo el proximo cap.
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𝕮𝖗𝖆𝖟𝖞 𝖎𝖓 𝖑𝖔𝖛𝖊
FanfictionCattaleya Molina, una hábil fugitiva, escapa de la prisión mexicana junto con su ahora jefa, Isabel Aretas. En un pacto de lealtad, Cattaleya ofrece su vida y sus servicios para ayudar a Isabel en su búsqueda de venganza. Una vez que cumpla su misió...