El inicio de toda la felicidad de Enid comenzó en una fresca noche en la escuela de excluidos, el viento azotaba con lentitud como si entre los árboles se brindarán caricias fraternales, el sonido de las ramas chocar unas con otras eran relajantes, la luna estaba en su mayor punto opacando por completo a las pequeñas estrellas que apenas se esforzaban en alumbrar la oscuridad del cielo, la rubia estaba recargada en el balcón con sus brazos puestos en este, con los ojos cerrados y una delicada sonrisa en sus labios, los sonidos de la naturaleza parecían envolverla regalándole ese estado de tranquilidad que para su sorpresa, fue interrumpido por su roomie.— Enid, en esta noche quiero confesar que tu presencia en mi vida ha sido de las más gratas que he tenido en esta escuela. Mi corazón se acelera con tu sola cercanía inocente y no recuerdo tener diagnosticada taquicardia. Observarte cerca de otra persona ocasiona en mí las mismas emociones de una bestia territorial. Te culpo completamente por todas estas emociones crecientes, me has hecho perder la cabeza solo con una sonrisa, con tu voz, con tu sola existencia. -
La rubia, al escuchar todas esas palabras, suelta el vaso de jugo que tiene consigo, lo que ocasiona un desastre en el suelo. Siente sus piernas flaquear ante aquella confesión tan impropia de la seria Wednesday. No tarda en que un sonrojo se apodere de sus mejillas hasta llegar a sus orejas, demostrando que, aún con toda la seriedad de su roomie, esta tiene sentimientos tan dulces. Para su fortuna, ella es la elegida para disfrutar de ese lado "vulnerable" de Wednesday. Enid se queda sin palabras, solo mirando los oscuros ojos de la pelinegra que la observa profundamente, esperando una clara respuesta para calmar la ansiedad que sabe ocultar bastante bien. La paciencia de Wednesday se agota pronto; suelta un pesado suspiro y, sin ninguna reacción, vuelve a hablar.
— Está bien, lo haré a tu manera. Enid Sinclair, mi cariño por ti llegó a la penúltima etapa llamada amor.— Toma un poco de aire con su boca antes de continuar, pero es entonces cuando Enid la interrumpe.—
— ¿Y cuál es la última? — pregunta Enid de manera divertida por la transparencia inesperada que se refleja en su acompañante.—
— Obsesión. —Responde con tranquilidad. — Pero ese no es el caso. Quisiera que me otorgues el honor de ser tu amante y demostrar que puedo hacerte feliz todos los días que te queden de vida.
Una declaración bastante inusual, pero, ¿qué podía esperar la licántropo de su oscura roomie y mejor amiga? A este punto, le parece dulce la sola idea de saber que la pelinegra la ama a su manera. No duda ni un segundo en acercarse a ella y abrazarla con fuerza. Esa regla de "no abrazos" había desaparecido tiempo atrás, por lo que tiene libre camino a todas las muestras de afecto, más aún con la repentina sinceridad acerca de los sentimientos de la pelinegra. Enid recuerda que aún debe darle una respuesta a su compañera.
— ¡Claro que quiero que seamos novias, Wends! —Se separa del abrazo para poder decirle eso, mirándola directamente a la cara. — ¡Sé que seré feliz a tu lado, nunca rompes tus promesas, y eso es lo que más me gusta de ti!
Enid siempre ha sido más abierta al demostrar sus emociones, y más cuando se trata de algo tan fuerte como el amor. La felicidad y la emoción se mezclan en una bomba que explota con furia, haciendo que su alegría se escape por sus poros. La rubia iba a seguir hablando para expresar su amor, pero Wednesday la toma por sorpresa, sujetando sus mejillas y jalándola con algo de brusquedad para besarla lentamente. Aunque inexperto, el beso está lleno de emociones sinceras. Enid también había planeado confesarse a Wednesday tiempo atrás, llevaba semanas buscando las palabras precisas, pero nunca imaginó que la pálida ya llevaba a cabo el mismo plan y se le adelantaría sin dejar ninguna pista. Las recientes amantes se besan en aquel balcón, bañadas por la luminosa luz de la luna llena. Sus manos están entrelazadas y, con los ojos cerrados, demuestran que no necesitan verse para disfrutar de la inesperada cercanía. Sus labios se mueven al mismo compás tranquilo.
"Como la satisfacción ante la creación más letal de un malévolo veneno de hierbas", piensa Wednesday.
"Como el primer beso del verdadero amor... aunque ya había dado el mío", piensa Enid, mientras se separa de la pelinegra.
— Prométeme que no me harás llorar... que no me harás sentir triste, jamás — bromea, aunque su rostro revela que hay algo de verdad en ello.
— Lo prometo, Sinclair —responde Wednesday. Y, por fin, después de tanto tiempo, le dedica una sonrisa a la rubia frente a ella. Aquello hace que el corazón de Enid se sacuda de sobremanera.
[ . . . ]
Pero todo eso está en el pasado, guardado en una pequeña caja en una estantería llamada "los mejores recuerdos de mi relación fracasada", en un rincón de la mente de Enid, quien ahora está acostada sobre su cama, dándole la espalda al "lado" de su novia.— Estúpida mentirosa —dice entre sollozos, abrazando un peluche con fuerza y hundiendo su llanto en la esponjosidad del mismo.—
El llanto de la rubia se hace cada vez más fuerte mientras las horas pasan, en espera de la llegada de su novia. Wednesday ha estado fuera todo el día en su maldita investigación, abandonando por completo a su amante, quien no para de llorar, decepcionada por aquel acto tan indiferente. Enid había pasado toda la mañana comprando las cosas más clichés pero tolerables para Wednesday. Planificó toda la tarde lo que haría con la pelinegra. La emoción que sintió mientras adornaba la habitación era comparable a la de un niño que recibe su primer regalo de cumpleaños. Orgullosa de su creación hecha con el más sincero amor, no pudo evitar tener pequeños choques de realidad: "la decepción será gigante", por más que le gustara conservar la confianza sobre su novia, no se equivocó respecto a sus pensamientos, había destrozado con sus propias manos y garras todos los adornos en la habitación, luego de horas se quedó completamente dormida con el rostro húmedo por antas lágrimas derramadas.
Aproximadamente a las 3 de la mañana, la perilla de la puerta gira y se abre, revelando a una Wednesday cansada pero ilesa. Al ver la habitación destrozada, siente un toque de realidad. Hay adornos de tonalidades negras y grises hechos pedazos por el suelo, unas velas aromáticas ya consumidas por las llamas, trozos de cartas mal cortadas, y un montón de adornos más tirados en un bote de basura. Al acercarse a la cama, encuentra un regalo completamente intacto, pero con una nota que la hace sentirse como una completa insensible.
— Nuestro aniversario...
No puede ser más idiota, se había ausentado justamente el día en que cumplían su segundo año de novias.
Lo había olvidado por completo.
Mi primera historia de muchas, ojalá sea de su agrado (para los pocos que lo lean) probablemente sea bastante dramática pero prometo que valdrá la pena leerla.
🫂
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" 𝖸𝗈𝗎 𝗱𝗶𝗱𝗻'𝘁 𝗄𝗇𝗈𝗐 " | Wenclair
Fanfiction恢复 | « En dónde Enid pierde poco a poco las esperanzas en su relación con Wednesday. O donde Wednesday a pesar de su personalidad, intenta recuperar a su rubia. »