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Wednesday Addams

Estaba totalmente nerviosa mirando a todos lados de la habitación, mientras más avanzaba, más decoraciones veía en el suelo, ¿Acaso tuvo una rabieta? Se nota que usó sus garras.
Habían globos desinflados esparcidos por el suelo, trozos de papel con letras que supongo eran cartas que ya habían sido destrozadas, el bote de basura de la habitación estaba hasta el tope con tantas cosas dentro, el ambiente era un poco frío y apagado, siempre era recibida con la amplia y cálida sonrisa de Enid pero está vez era diferente, ¿Cómo demonios olvidé esa fecha? Voy a tener que disculparme demasiado con ella. Un sonido me sacó de mis pensamientos, una dulce voz adormilada detrás mío la cuál me hizo girar de inmediato, mi rostro se puso sereno y una pequeña sonrisa se formó en mis labios, me acerqué a su cama mirándola como despertaba poco a poco.

— ¿Dónde estabas? —Preguntó tallando sus ojos. — Estaba preocupada, te fuiste desde la mañana y. . . No volviste, ¿Qué hora es?

— Son las 3:37 am, Enid. Eso no importa, quiero disculparme contigo, yo de verdad tenía pensado estar aquí. — Detesto las mentiras y lo primero que hago es mentir, increíble. — No volverá a ocurrir, te lo prometo. . . Mañana vamos a Jericho y te compraré los vestidos que tu-

Lastimosamente no pude terminar de hablar, sentí toda mi seguridad derretirse en un instante cuando Enid posó su dedo índice sobre mis labios haciéndome callar al instante, primero creí que me interrumpía para bromear pero un sonido me hizo retirar esa idea de mi cabeza, los sollozos de la risueña chica frente a mí comenzaron a hacerse más fuertes de lo que jamás había escuchado en ella, sujeté su mano con una de las mías y dejé un pequeño beso sobre el dorso de esta.

— Por favor, no hagas promesas que no cumplirás nunca. — La voz de Enid había sonado entrecortada, estaba rota y yo era quien lo había provocado, más mal no me podía sentir. . . O eso creí. — Solo déjame dormir de nuevo.

El rechazo se sintió como un profundo navajazo en las costillas derechas, apreté los labios queriendo silenciar las palabras que se escandalizaban por salir. Aún con nuestros años de relación yo no podía ser sincera con ella, de alguna forma, Enid siempre veía mi lado más transparente, pero esta vez sus lágrimas le estaban cegando esa valiosa habilidad para entenderme, de seguro mañana estará mejor, sí, es lo más seguro, estoy hablando de Enid después de todo.

— Entonces descansa. . . Luego no me digas que no te ofrecí mis disculpas. - ¿Qué diablos acaba de salir de mis labios?

Tan pronto como dije eso, mordí mi labio inferior evitando que alguna otra palabra saliera de mi boca, me alejé antes de que se iniciara una discusión en la cuál haría sufrir mucho más a Enid, me dí la vuelta caminando hacia mi cama en dónde me senté para ver aquel regalo sobre el colchón, era una corbata tejida a mano por ella, al instante me quise disculpar una vez más con ella pero cuando levanté la vista; ella me estaba dando la espalda, se notaba que estaba llorando pero, ¿Qué puedo hacer? Es la primera vez que ella se comporta de esta forma tan sensible. No le dí más vueltas para no preocuparme de más, tenía suficiente con el caso de un loco asesino circulando por la zona como para perder horas de sueño por algo que puedo arreglar mañana con Enid.

Los rayos de luz ni siquiera habían entrado pero ya tenía los ojos abiertos mirando el oscuro techo sobre mí, aunque intentara engañarme a mí misma con no darle importancia a ese comportamiento ajeno. . . No pude conciliar el sueño durante toda la noche, suspiré pesadamente retirando mis manos de mi pecho y reincorporando mi cuerpo sobre la cama mientras me sentaba, fruncí el ceño al ver a dedos leyendo una revista en el lado de Enid, levanté la ceja haciéndole señas para que viniera a mi lado pero este hizo un amago de molestia escondiéndose entre los peluches de la rubia, ¿Ese intento de extremidad me estaba ignorando? Me levanté de inmediato haciendo el ruido suficiente como para que Enid se despertará dando un brinco en su propia cama.

— ¿¡Qué hora es!? ¿Por qué tanto ruido? ¿Nos invaden los Aliens? - Su cabello estaba hecho un desastre, se veía horrible (tierna) pero deseaba tanto ir y abrazarla todo lo que no pude hacerlo ayer.

— Cara mía, incluso si millones de coches cayeran sobre tí, estoy segura que te verías igual de hermosa que siempre. — Un cumplido matutino no venía mal nunca.

— Ouh, Wedns. . . No digas esas cosas. - Esa era la respuesta que esperaba de ella, con nervios y un. . . ¿Rostro triste?

Levanté una ceja de inmediato al verla triste, no tenía el típico sonrojo que le llegaba hasta las orejas que me demostraba el poder de mis palabras sobre ella, crucé los brazos caminando hacia su cama, jalé su vomitiva sábana de arcoíris y cachorritos haciendo que está temblara un poco por el frío.

— Enid, ya me disculpé contigo, te ofrecí recuperar la cita de ayer para hacerlo hoy, ¿Qué es lo que quieres? Te compraré lo que sea. — Rich girl.

— Wednesday, no se trata de eso. — Enid coloco una mano sobre su sien mientras fruncía el ceño. — Solo olvídalo, ¿Sí? — Se levantó de su cama y caminó hacia el baño, no sin antes chocar su hombro con el mío, eso demostraba que estaba molesta y no triste. —

— Dedos, investiga que puedo hacer para que deje su berrinche. — Dije de una manera demandante. —

Dedos solo salió de entre los peluches de Enid, caminando hacia el baño junto con ella, se giró un momento haciendo un claro gesto de negación y decepción, ¿Qué le pasa a estos dos? Están mucho más sensibles de lo normal, no es como que siempre este fallando en mis decisiones.

[ . . . ]

— ¡Siempre está fallando, Dedos! — Dijo una muy frustrada Enid a su mano acompañante, sus garras estaban fuera y apretaba los puños fuertemente evitando tener un arranque ira, solo se miraba al espejo mientras su molestia crecía más y más, no entendía en qué momento la personalidad de su novia había vuelto a ser la misma fría y distante de siempre. —

— Es que no lo entiendo, al inicio ella fue tan comprensiva conmigo, intentó muchas cosas y me prometió que nunca iba a decepcionarme, pero mírala, anoche ni siquiera le importó que siguiera llorando y ahora quiere que por arte de magia la perdone después de abandonarme, ¿Acaso piensa que el dinero podrá solucionar los errores que comete?

No es la primera vez. . . Pero dale una oportunidad.

— No, Dedos. . . De verdad, estoy cansada.

El enojo había desaparecido y sus ojos tristes no hacían más que demostrar su enorme decepción en la persona que creyó jamás la haría sentir mal, o tal vez sí pero no tanto. Los sollozos no tardaron en hacer acto de presencia arruinando el maquillaje que la chica ya llevaba avanzando.


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No tomen a Enid como exagerada, en los siguientes capítulos van a comprenderla más

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No tomen a Enid como exagerada, en los siguientes capítulos van a comprenderla más.
Lamento si me ausenté por bastante tiempo, pasaron cositas, pero aquí ando, ojalá que les guste. 👨🏻‍🦯

" 𝖸𝗈𝗎 𝗱𝗶𝗱𝗻'𝘁 𝗄𝗇𝗈𝗐 " | WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora