恢复 | « En dónde Enid pierde poco a poco las esperanzas en su relación con Wednesday. O donde Wednesday a pesar de su personalidad, intenta recuperar a su rubia. »
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Cuándo levantó la vista, las luces la dejaron un poco cegada, el cambio de luz para sus ojos fue demasiado, eso impidió ver a quién tenía frente a ella, parpadeó varias veces intentado reconocer, las gotas de lluvia también le dificultaban la tarea, añadiendo que la otra persona llevaba un paraguas oscuro, a contra luz, alguien más salió de su escondite detrás de la chica.
- ¿Qué haces aquí, Enid? - Preguntó Eugene algo preocupado por el estado de la rubia. -
- Y-yo... ¡Wednesday! -Sonrío aliviada.- ¡C-creí que no llegarías! Creí que habrías vuelto a...
- ¿Qué haces en medio de la lluvia? ¿No ves la hora que es? Vas a enfermarte. - Wednesday acercó su paraguas a Enid para cubrirla de la lluvia. - Pero que bueno que te encuentro.
- Wednesday... - Su voz apenas audible sonó más a un susurro. Su ilusión creció junto a la sonrisa que ya tenía, Wednesday no podía ser tan cruel. -
- No podré llegar hoy al dormitorio, no me esperes despierta. - O tal vez sí. - Desde ahora me disculpo, vuelve a casa, no seas imprudente en quedarte bajo la lluvia, iré con Eugene a la biblioteca.
La gotica ni siquiera se había percatado del desastre que era su novia, no notó su mirada clavada en el suelo, cuando Wednesday se inclinó hacia la chica para poder besar sus labios, esta solo giró el rostro, el beso paró sobre su mejilla derecha y por la diferencia de tacto, Wednesday frunció el ceño para alejarse.
- ¿Enid? - Preguntó algo extrañada, ahora la miró de arriba hacia abajo con seriedad. -
- T-tu... ¡Eres una idiota!
Enid tomó por sorpresa a Eugene y Wednesday quiénes dieron un paso atrás por aquel grito tan molesto, el rostro serio de Wednesday se desfiguró a uno lleno de confusión y preocupación, ¿Qué le había pasado a su rubia? Sus ojos estaban rojos y no sabía si de furia o por irritación, sin embargo, solo recobró la compostura seria y habló.
- No me grites, Sinclair, no entiendo que te ocurre.
- ¡Me dejaste plantada! ¿¡Cómo quieres que no te grite!? Todavía vienes y sin importarte una mierda el como me siento, ¿Te atreves a querer besarme?
Fue ahí donde una vez más, se descolocó de aquél semblante serio, toda la información procesada fue como un navajazo profundo al pecho, y al unir cabos, entendió la razón de que Enid estuviera tan molesta, cerró los ojos mientras maldecía a sus adentros, había olvidado su cita con Enid, no tenía excusas, se había distraído más de lo debido, otra vez.
- Enid, por favor... Resolvamos esto en otro momento, no es el lugar, tranquilizate, te prometo que-
- ¡Cállate!
La rabia de Enid aumentó cuando escuchó esa palabra "te prometo", ya había escuchado suficiente durante dos años, su respiración se volvió irregular y el toque de adrenalina la hizo morderse los labios, sus garras salieron de imprevisto.
