" 𝖸𝗈𝗎 𝗱𝗶𝗱𝗻'𝘁 𝗄𝗇𝗈𝗐 " | Wenclair

VII

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Wednesday Addams

Hablar con Enid estaba siendo más difícil de lo que creí. ¿Dónde quedó la convicción con la que dije que la recuperaría? Se perdió luego de cuatro días en donde Enid me cerraba la puerta en la cara, pasaba de largo, regresaba mis presentes o ignoraba mis mensajes. Sí, me ví en la penosa necesidad de recurrir a la nauseabunda tecnología traga-almas de un celular, pero no perdía nada con intentar y aún así, no sirvió de nada.

Solté un suspiro lleno de frustración, mi ceño fruncido hacía que ningún ser valiente o cobarde se atreviera a interrumpirme, nadie salvo Eugene, quien animadamente comía un sándwich a mi lado, estaba luchando internamente por no echarlo fuera de mi mesa, el sonido de su boca masticando no me está dejando pensar. ¿Desde hace cuánto estoy separada de Enid? Es como si mientras más pasarán los días; más estresada me siento. Esa cafetería más gris que las paredes de mi hogar, me ofrecían una buena imagen, ojalá fuera lo mismo con el bullicio y las personas del lugar, el lugar se vería eternamente mejor si fuera reducido a rojizas llamaradas provocadas por su servidora.

Estoy como una especie de chacal con rabia que podría destrozar al primero que cruzara la puerta de la cafetería.

— ¿Qué vamos a comer hoy? Tu propones.

“Retiro lo dicho.”

Enid había entrado junto a Tanaka y Petropolus, mi rostro mostró molestia al ver a Enid tan cómoda, esos dos eran como rémoras pegadas a un pobre tiburón herido. Disfruten mientras está con ustedes. De Tanaka entendía que estuviera tan apegada, también podría tolerar que adoptara un papel protector y valiente contra mí por Enid, ¿Pero Ajax? Esa estúpida gorgona solo estaba cerca de ambas para aprovecharse de la situación, es tan obvio que busca una segunda oportunidad con Enid.

“Igual que tú”

Pero yo soy su novia.... Bueno, su actual ex novia, eso no tiene nada que ver con que Ajax es un idiota que no sabe actuar para nada bien.

— Wednesday... —Habló Eugene.—

Si no fuera porque Enid aprecia a ese tipo, ya habría acabado con él incluso desde antes de nuestra separación, le hubiera hecho caso a mis instintos, nunca fallan.

— Wednesday. —Otra vez Eugene.—

Mis ojos se abrieron de a poco hasta mostrar un poco de sorpresa en mí rostro, ¿¡Esa gorgona se estaba atreviendo a acariciar el cabello de mi Enid!? Esto no iba a tolerarlo.

— ¡Wednesday! —Eugene levantó la voz.—

— ¿Qué sucede? Interrumpes mis pensamientos homicidas en contra de un reptil.

— Es que... Desde hace rato estás apretando el jugo y ya te manchaste todo el uniforme. —Me señaló.—

Seguí con la mirada el dedo de Eugene, justamente era en zonas blancas donde el tinte rojizo del jugo se derramó, suspiré liberando un poco la tensión que se generaba en mi interior y me levanté. Caminé hacía el sanitario más cercano, maldiciendo internamente porque perdí de vista a Enid y sus rémoras, tenía pensado acercarme pero el enojo me había dominado por un segundo.