capítulo 4

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El cielo de Musutafu se rasgó con un rugido ensordecedor. En un instante, una figura colosal, envuelta en una aura dorada, descendió del cielo, aterrizando con un impacto que hizo temblar la tierra. El suelo se agrietó bajo sus pies, y una onda de choque invisible recorrió la ciudad, haciendo vibrar las ventanas y sacudiendo a los habitantes. Un silencio sepulcral se apoderó de la ciudad por un instante, antes de que el pánico se apoderara de todos. Gritos de terror resonaron por las calles, mientras la gente corría buscando refugio.Sin embargo, el temblor cesó tan repentinamente como había comenzado. La gente, aún aturdida, asomó la cabeza por las ventanas, buscando la fuente del desastre. En las afueras de la ciudad, en medio de un bosque, se podía ver una figura imponente, envuelta en una luz dorada. Era Goku, el Dios de la Destrucción, y junto a él, su angel, shila, observaba la ciudad con una mirada tranquila.

"Se ve que hay tranquilidad en este planeta", comentó shila, con su habitual tono suave.

"Infórmame de este planeta mientras vayamos a esa ciudad," dijo el dios destructor mientras levitaba. shila asintió y se elevó junto a él, observando con atención la ciudad que se extendía bajo ellos.

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(posdata: ya todos se saben la historia como siempre a si que lo omiti porque yo que me lei las historias de goku en este anime y si es poco fastidioso leer todo eso de nuevo que ya todos saben)

El dios destructor y  el ángel que volaban en el cielo arriba de los habitantes viendo la ciudad y sus habitantes Las calles estaban llenas de gente, los héroes patrullaban el cielo, y los ciudadanos se movían con una aparente tranquilidad en eso se percata una joven de nuestro dios y su ángel que volaban arriba de ellos que ella decidió seguirlos mientras que nuestro protagonista y su ángel se posaron en la azotea de un edificio alto en el centro de la ciudad, con una vista panorámica de Musutafu..

"Vaya que mundo", comentó Goku, observando la ciudad con una mirada inquisitiva. "Aunque por lo que veo, los gobernantes de estos habitantes incitan a romper las leyes."

"¿Por qué lo dice, señor?", preguntó shila, con curiosidad.

"Que para usar poder necesitas permiso, que al parecer es un poco tedioso. Además, si salvas a una persona con tu poder, serás arrestado por no tener ese permiso", explicó Goku, con un tono de aburrimiento.

"Así es", respondió Shila, confirmando lo que Goku había observado.

"Qué ridículo", dijo Goku, con un gesto de desaprobación.

Justo cuando iban a continuar su conversación, una joven llegó saltando a la azotea, aterrizando con un golpe que hizo vibrar el suelo.

"Alto ahí. Digan sus nombres y muéstrenme sus permisos para usar sus quirks," dijo la joven con una voz autoritaria.

Goku, con una sonrisa tranquila, respondió: "No es de mala educación pedir el nombre de la otra persona sin decir el tuyo primero."

"Bueno, mi nombre es Mirko, la heroína Rabbit," dijo la joven, con una sonrisa orgullosa.

"Ya que te has presentado, mi nombre es Son Goku, el Dios de la Destrucción, y ella es mi asistente, Shila," dijo Goku, presentándose con tranquilidad.

"Un gusto," dijo Shila, con una sonrisa amable

Mirko, con sus ojos rojos y penetrantes, se quedó mirando a Goku con una mezcla de incredulidad y furia. "Buen chiste", dijo, con una sonrisa sarcástica.

 "No creo que nadie en este mundo pueda ser un Dios de la Destrucción." dijo mirko

Goku, con una sonrisa tranquila, respondió: "Tómalo como quieras. No me importa."

Dios de la destrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora