! Ojos verdes

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Advertencia
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• ANGST
• Contexto: ¿Cómo puedes olvidarte del amor de tu vida? Y justamente luego conoces a otra persona casi igual, pero no era el...
• Historia hecha para las personas que fueron flor morada o vieron a alguien como su flor morada.
• Dato extra: en esta UA Tom no lleva heridas en su rostro solo en el cuerpo.

• Dato extra: en esta UA Tom no lleva heridas en su rostro solo en el cuerpo

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Las campanas de la pastelería de Miriam tintinearon al abrirse la puerta. Era un día soleado, con el aroma de vainilla y canela flotando en el aire. Jake, como cada tarde, se encontraba sentado en su rincón favorito, una mesa junto a la ventana desde donde solía observar la vida pasar sin mucho entusiasmo. Era su refugio, un lugar donde los recuerdos dolían menos.

Tom. Su Tom. Habían pasado tres años desde que lo perdió, desde aquel fatídico día en que todo se desmoronó. Tom trabajaba como oficial de seguridad, y un disparo lo arrancó de su vida. Tom no llevaba puesto su chaleco antibalas aquella mañana, confiado en que nada ocurriría. Nunca nadie imaginó que algo tan brutal sucedería en su rutina cotidiana. Y desde entonces, Jake se sentía vacío, roto por dentro. No podía superar el dolor, no podía olvidar aquellos ojos verdes que lo miraban con devoción cada noche, que le prometían un futuro lleno de amor y vida.

Jake apretó la mandíbula y miró su café, con los recuerdos ardiendo como un fuego lento.

Aquí está tu orden —dijo Miriam, interrumpiendo sus pensamientos mientras le dejaba una pequeña caja de pastel de chocolate en la mesa—. ¿No vas a cambiar nunca, verdad?

Jake sonrió débilmente. La pastelería había sido el lugar donde siempre venía con Tom. Ahora, era su único vínculo con él. Miriam, la dueña, lo conocía bien. Sabía de su dolor, aunque nunca se hablaba de ello.

Es difícil cambiar viejas costumbres —respondió Jake mientras miraba el pastel—. Además, siempre lo preparas perfecto.

Miriam sonrió, aunque sus ojos revelaban compasión. Pero antes de que pudiera decir algo más, la puerta sonó de nuevo, y un joven alto, de cabello oscuro y ojos intensamente azules, entró con pasos rápidos, buscando a alguien. Miriam levantó una mano en señal de saludo.

—¡Hunter! —exclamó ella—. ¡Por fin llegaste! Justo a tiempo.

Hunter se acercó, un poco nervioso pero con una sonrisa tímida. Jake observó la escena desde su rincón, sin prestarle mucha atención, hasta que Miriam lo invitó a acercarse.

Jake, este es Hunter, el chico nuevo que mencioné la semana pasada. Va a ayudarme por un tiempo. Es bueno con los números y bastante hábil en la cocina.

Jake asintió, sin saber muy bien qué decir. Hunter lo miró con curiosidad, como si intentara descifrar algo en su expresión.

Encantado de conocerte —dijo Hunter, extendiendo la mano—. Miriam me ha hablado mucho de ti.

©one𝄒 𝘀𝗵𝗼𝘁𝘀- ( huntake )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora