Encuentro Inesperado

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Al principio, todo lo que pudo percibir fue la silueta alta y elegante, una figura envuelta en un abrigo de piel que caía perfectamente sobre sus hombros. Pero cuando sus ojos se adaptaron a la tenue iluminación, el resto de su apariencia se reveló con una precisión casi cinematográfica: cabello platinado cuidadosamente peinado hacia un lado, con un mechón negro que contrastaba dramáticamente; ojos agudos, casi felinos, con un brillo que sugería tanto ingenio como peligro; y unos labios curvados en una media sonrisa que, aunque calculada, no podía ocultar del todo una pizca de ternura.

Su apariencia se reconocía claramente era de una  familia que estaba ganando reconocimiento y fama por su ropa

—Fransua  Ego, me  presento soy...—lo detalle para ser una sirviente de los ego    era diferente a lo que esperaba mis ganas de demostrar mi autoridad ante ella fue interrumpido cuando levando un dedo y lo  puso en su boca esto era insolencia y no   estába acostumbrado a esto siempre erq obtener lo que quiero Sin necesidad de alzar la voz. Di un sorbo a la taza de café que sostenía

Fransua seguía las normas de la etiqueta pero no necesitaba las formalidades cuando ella conocía a cada familia importante a a nivel mundial

— Si soy Fransua,  señorito Víctor de la familia EVil y conozco la fama de su familia. — no respondería de la forma que estaba seguro que esperaba

El chico  no pudo evitar sentir una mezcla de curiosidad y cautela. Había oído historias sobre Fransua pero creyó que al el ser  hijo de Cruella EVil tenía autoridad con todos ,

La madre de Víctor una mujer cuya reputación por la crueldad y la obsesión por la perfección era legendaria. Sin embargo, frente a fransua  no estaba simplemente una extensión de  la madre de el , sino alguien que irradiaba una dignidad y un control que lo hacían destacar por derecho propio.

Fransua dio un paso hacia el, su presencia llenando el espacio con una especie de magnetismo que no era fácil de ignorar. A pesar de su aura sofisticada, había algo en él que lo hacía sorprendentemente accesible, casi humano

—El hogar de la familia ego no es aquí señorito Víctor por favor regrese a su hogar  — lo miro a los ojos directamente no estaba en modo sirviente así que está osadía me la podía permitir — y si tiene algo que decir dígalo por favor —

— Los ego al perecer honran su nombre y no tienen ovejas en su manada. — suspiro

Para Víctor  esto era nuevo  pero aún así  esto daba más razones a porque estaba hay

El  sostenía la taza de café con una mano adornada por anillos de diseño intrincado, o tal vez era la sutil fragancia que lo envolvía, una mezcla de menta y cuero, evocando tanto un sentido de poder como de nostalgia..

— vengo a conocerte  y proponer algo que beneficiará a ti y los ego — note como ella se puso en una postura firme al menciónar a los ego y una mirada más afilada —Tu madre me hablaba mucho de ti —continuó, con un tono que oscilaba entre lo familiar y lo intrigante

Fransua vio que no era hora de  jugar esto ahora  con el hijo de esa familia  EVil delante sería un tema de poder y ventajas conocía a la familia de EVil porque una vez converso con aquella mujer que era su madre

—Señorito Víctor mida sus palabras mejor y no meta a mi familia cuando habla de los ego en mi presencia— imagine cómo sería golpearlo o romperle un brazo de formas diferentes pero  quería ver que es capaz un hijo  de la familia evil   respire lento — así que le recomiendo que valla al grano —

Fransua  lo observó detenidamente, buscando en él signos de la arrogancia que tantas veces había escuchado que caracterizaba a su madre. Pero  no se mostraba arrogante, al menos no de la manera más evidente. Su confianza era inquebrantable, sí, pero estaba envuelta en una capa de encanto que lo hacía casi irresistible. No obstante, sus ojos, oscuros y calculadores, revelaban que detrás de esa fachada había un observador astuto, alguien que, al igual que su madre, no dudaba en usar cualquier ventaja a su favor.

El Arte de la Crítica: Sombra de un CríticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora