My Blood - Twenty One Pilots
Todos le tienen miedo, es el villano del server, la muerte misma en persona, ¿Quién querría estar cerca de él cuando este no dudaría en lanzarse a matar cuando hubiera la mínima oportunidad? Se escuchan gritos hacia donde él va, pidiendo misericordia y rezando por no perder una vida en manos del híbrido de oso. Roier ha vivido en carne propia lo que es ser perseguido por aquel chico, de hecho, crecieron juntos, sus ojos fueron espectadores de cómo se creaba lo que para muchos es un monstruo.
Pero aquel monstruo no es realmente tan malo si lo conoces bien. Sólo quiere proteger a su equipo y ayudarlos a llegar a la final de aquel juego retorcido que están viviendo, y para ello, va de un lado a otro arrebatando las vidas de todo el que se cruce y tenga dos o más; nunca acabó con nadie que sólo tuviera una oportunidad de seguir en el juego, al menos no intencionalmente. Spreen ha estado cargando con el odio de muchos sólo por cuidar de su gente.
Entonces, le resulta un poco triste que aun cuando siempre ha estado detrás cuidando las espaldas de sus amigos, justo ahora este al borde de la muerte, completamente sólo.
Lo lógico hubiera sido revisar cuántas vidas le quedaban antes de saltar a la multitud de monstruos que persiguen al pelinegro, pero no piensa en nada más que en las heridas que mostraba el cansado híbrido de oso, asustado por la cantidad de flechas que tiene incrustadas en su piel y que no tiene tiempo de arrancarse antes de que lo rodeen y necesite volver a teletransportarse para buscar una salida a la cueva; era imposible matar a tanta cantidad de bichos.
— ¡Spreen! — aunque grita con todas sus fuerzas, no percibe ninguna señal de parte del mayor de ser escuchado, casi perdiéndolo de su vista al adentrarse a la multitud que no le hace ni un rasguño al estar tan enfocados en asesinar al oso.
¿Cuánto llevaba de ese modo?
Saca de su inventario una enderpearl y fija su atención en los movimientos del oso, entrecerrando sus ojos antes de apuntar con cuidado y tirar la perla, con todo su alrededor cambiando una vez fue llevado hasta donde cayó, ahogando un pequeño grito cuando pudo ver la cantidad de monstruos rodeándolo, con su espalda chocando contra alguien.
— ¿¡Qué mierda hacés acá!? — el grito que suelta su amigo está lleno de furia, pero hay un tono de angustia filtrándose en su voz; hay sangre cayendo de su frente y obstruyendo su visión, sus ropajes están destrozados e incluso se adhieren a su cuerpo debido a la sangre que la humedece — ¡Andáte!
Pero sus oídos son sordos a los gritos del mayor, sacando su hacha para cortar una de las flechas que fueron disparadas en su dirección y que definitivamente iban a clavarse directo en la carne. No hay tiempo para pensar mucho, simplemente corren, escalando las paredes altas a las que no pueden llegar con habilidad y en conjunto. Extiende una mano e impulsa al pelinegro para que tome la delantera, viendo sus lentes oscuros caer y perderse en la horda de bichos, pero el accesorio es lo de menos, esperando que pueda escapar finalmente de los monstruos que lo persiguen, pero este se gira para apuntar con su arco y acabar con toda amenaza que estuviera cerca.
Trabajan en conjunto para salir de la cueva, pero las cuevas naturales no siempre tienen una salida y debido a lo extensas que pueden ser, es fácil perderse en ellas. Se detiene abruptamente cuando frente hay una gran pared rocosa que les corta el paso, mirando a su alrededor en busca de una salida, una salida que está cubierta por los monstruos que se acercan por cada segundo que pasa.
— ¡¿Por qué hay tantos mobs?!
— Aún tengo mis tres vidas... — las orejas del oso se mueven de un lugar a otro, aturdido por la cantidad de sonidos peligrosos que mantenían sus sentidos activos; sus miradas se cruzan por un momento, y puede detectar algo en la mirada ajena, como comprensión — ¿Vos cuántas vidas tenés?
— ¿Dos? — los ojos violetas del contrario se abren y como si pudiera leer su mente, comprende finalmente que es lo que planea, negando repetidas veces — ¡Ni se te ocurra pendejo! ¡Iré contigo! — respeta con su vida al chico que se encuentra frente suyo, por mucho que le guste molestarlo y a veces parezca que se lleven mal por los insultos, él era prácticamente como su sangre; él mataría por su persona, y por su parte, haría lo mismo por él.
Spreen ríe con gracia.
— Buscame en el spawn — y antes de que pudiera reaccionar, el híbrido de oso ha alzado sus manos, lanzándose directo a la horda de monstruos que no dudaron en acabar con lo que quedaba de su cuerpo frente a sus ojos.
Sólo pasa un segundo, es el segundo más lento de su vida, y luego el cañón resuena en el cielo anunciando su muerte, una muerte que algunos celebran y otros respetan. Estaba claro que lo único que buscaban eran reducir una de sus vidas, confirmándolo por la forma en que la horda prácticamente se esfuma ante sus ojos para dejar lo que quedó de su cuerpo; no quitaba el hecho de que la muerte fue bastante cruel ante sus ojos.
Sin embargo el pelinegro aún no está muerto del todo, así que toma principalmente la armadura y las armas de su cadáver para dirigirse al spawn, donde lo encontraría y probablemente recibiría insultos por su acción "estúpida".
Por su parte, no cree que fuera estúpido estar a su lado cuando nadie más estuvo.
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Sproier Week
FanfictionUna semana de escritos del dúo de Spreen y Roier. Está dinámica fue creada por iFlewichy en twitter (x), pueden pasarse y dar apoyo a todos los escritos, dibujos, aus y demás que ha hecho la comunidad por el #SproierWeek. Mi intención es simplemente...