Día 6

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Sproier!fem

¿Qué estás haciendo? — Roier se asoma por la puerta del baño, con su larga cabellera castaña cayendo por sus hombros, denotando como se encontraba desordenada con evidentes nudos que no se preocupa en desenredar, lo suficientemente perezosa como para alcanzar un cepillo y tomarse unos minutos para cuidar de su bonito cabello.

Spreen la mira desde el espejo de su baño, con sus brazos llenos de productos que la menor definitivamente no conoce.

Te voy a mostrar mi rutina — y la menor en altura alza una ceja con confusión, siguiendo los pasos de su amiga hasta la gran cama de esta, donde todos los productos son dejados allí para que pueda tomarlos y examinar lo que dicen; mayormente todo está escrito en inglés, pero reconoce algunos empaques como mascarillas faciales, tomando asiento en la cama mientras la mayor terminaba de traer algunas cosas.

Nunca se interesó en todo el mundo del cuidado de la piel ni nada parecido, en ocasiones incluso usa el mismo jabón con el que se lava el cuerpo para limpiar su rostro, siempre ha funcionado de ese modo, pero no quiere arruinarle la emoción a su amiga, sonriendo dulcemente puesto que nunca imaginó que le gustara tanto ese tipo de cosas.

La pelinegra le muestra cómo debe limpiar su rostro, riendo un poco cuando tiene dificultades para pronunciar "ácido hialurónico", pero recibiendo algo de ayuda para aplicar los tónicos mientras se desenvuelven en una conversación casual sobre la última pelea que tuvo la anterior mencionada. El tiempo pasa rápido y finalmente tiene la mascarilla en su rostro cuando se le ocurre algo para hacer en lo que esperaban el tiempo estimado.

Corre a buscar la pequeña caja con esmaltes que la mayor mantiene escondida, ignorando el esmalte prácticamente vacío que utiliza para evitar morderse las uñas —sorpresa, aún continua mordiéndolas—, buscando dos colores para regresar prontamente con ella. Spreen no parece estar muy de acuerdo en aplicarse color en las uñas, se excusa diciendo que quedara horrible una vez raspe sin querer la pintura por morderla, pero tiene buenas habilidades de manipulación y consigue convencerla, sujetando su mano para aplicar el esmalte negro en sus uñas.

Tararean juntas una canción que conocen, riendo un poco cuando alguna anécdota sale a la luz, luego se hace el turno de la pelinegra de pintar sus uñas y lo hace con un esmalte rojo, pintando con cuidado y asegurándose de que queden bien para ella. Las mascarillas ya se pueden retirar, pero esperan unos minutos más hasta que el esmalte se seque y finalmente puedan retirar la mascarilla de sus rostros.

Spreen insiste en peinar su cabello, accediendo de mala gana, aguantando cada queja al desenredar cada uno de sus nudos; sin embargo el dolor termina por valer la pena cuando se observa en el espejo y ve su cabello relucir cual modelo. Quiere regresarle el favor, pero su cabello ya es lindo de por sí, con bonitos rulos que la mayor se niega a que toque con un cepillo para evitar arruinarlo.

Su rostro se siente fresco, su cabello se siente ligero y sus manos relucen por el rojo de sus uñas, le gusta y le hace sentir bonita, aunque ya de por sí lo era.

Se hace tiempo de cenar algo, así que sigue a Spreen por su casa hasta llegar a la cocina, donde ella se pone manos a la obra para preparar la mejor comida del mundo mientras por su parte le da apoyo moral, hablando sobre chicos porque esa conversación nunca puede faltar en una noche de chicas, y en vista de que su amiga no está interesada en temas como ese, es parte de su trabajo aportar de ello a la noche, siendo escuchada por la divertida pelinegra que cocina con calma y algo de diversión.

Cuando la comida está lista, deciden ir a cenar a la habitación, manteniendo apagada la televisión mientras las conversaciones van y vienen, llegando a un punto en que los temas no tienen sentido alguno y sólo pueden reírse algo atontadas por el cansancio que se adueña de ambas. Roier no sabe en qué momento se ha quedado dormida, pero al despertar al día siguiente sabe que pasara la mañana vagando por el silencioso hogar de la pelinegra en lo que espera que caiga la tarde y decida despertar de su sueño pesado, conociendo sus horarios descontrolados.

Pero había sido una noche muy divertida que espera que se repita.

Sproier WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora