Capítulo 7: El final de la noche

4 0 0
                                    

La madrugada seguía su curso,

el silencio dominaba la habitación,

y el tiempo, que antes corría veloz,

parecía detenerse en nuestra última despedida.


Nos quedamos abrazados,

como si ese gesto pudiera detener el tiempo,

como si al mantenernos juntos,

pudiéramos evitar lo inevitable.


Tus ojos, aún llenos de amor,

se encontraron con los míos,

y en ese cruce de miradas

se dijo todo lo que las palabras no podían expresar.


El amanecer aún no llegaba,

pero la realidad ya se imponía,

sabíamos que el final había llegado,

aunque nuestros corazones lo negaran.


Te desperté suavemente,

con un beso en la mejilla,

susurrándote al oído,

"Es hora de partir, mi amor".


El frío de la madrugada

nos envolvía mientras nos vestíamos,

cada prenda que nos cubría

era un recordatorio de que pronto te irías.


Te acompañé a tomar el tren,

queriendo asegurarme

de que llegaras a salvo,

aunque en mi interior deseaba que nunca te fueras.


Y mientras esperábamos,

te sostuve por última vez,

besé tu mejilla suavemente,

intentando grabar ese momento en mi memoria.


Finalmente, el tren llegó,

y con él, el inevitable adiós.

Te vi subir, mi corazón se rompía,

pero te sonreí, ocultando mi dolor.


El tren se alejó lentamente,

llevándote lejos de mí,

y en ese instante, supe con certeza

que una parte de mí se iba contigo.


Me quedé solo,

en la fría madrugada,

y mientras te alejabas,

sentí que mi mundo se desmoronaba.

Una Última NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora