Capítulo 9: Anhelo Infinito

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La realidad se asentó en mi alma,

como una sombra que no se desvanece,

y el peso de tu ausencia

se volvió más denso en mi ser.


Cada rincón de la casa,

cada susurro del viento,

me hablaba de ti,

de los momentos que no vivimos,

de los sueños que se desvanecieron

como arena entre mis dedos.


Intenté seguir adelante,

pero la vida no se detiene

para esperar que sanemos,

no se apiada de los corazones rotos.


El mundo sigue girando,

indiferente al dolor que cargamos.

El amor que sentimos,

tan real, tan intenso,

nunca se olvida,

nunca se desvanece del todo.


Permanece en nosotros,

como una llama que no se apaga,

como una cicatriz que nos recuerda

que alguna vez fuimos completos.


Aunque el tiempo avance,

aunque los días se sucedan,

el eco de tu risa,

el calor de tu abrazo,

siempre estarán conmigo,

un recordatorio constante

de lo que fue y ya no es.


La vida sigue,

pero el dolor no desaparece,

se convierte en un compañero silencioso,

en una melancolía constante

que se asienta en el pecho.


Y aunque intento abrazar la realidad,

aunque lucho por seguir adelante,

sé que una parte de ti

siempre vivirá en mí,

en esa última noche que nunca fue,

en ese amor que, aunque distante,

nunca dejará de arder.

Una Última NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora