Capítulo 2: Pasos Lentos, Corazones Rápidos

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Entre palabras nerviosas y miradas fugaces,

el tiempo parecía detenerse a nuestro alrededor.

Tus palabras fluían como un río,

mientras yo, en silencio, navegaba en tu voz.


La estación quedó atrás,

pero el eco de tus pasos seguía en mi mente.

Caminábamos juntos, pero mis pensamientos,

corrían a la velocidad de mi corazón.


Tu risa, una melodía que calmaba mi ansiedad,

tu energía, un sol en la noche más fría.

Yo, tímido, buscando las palabras,

tú, radiante, llenando el vacío con tu luz.


Cada tienda, una excusa para prolongar el momento,

cada conversación, un puente entre nuestras almas.

Yo, perdido en la dulzura de tu ser,

tú, encontrándome en cada mirada.


Llegamos a casa con las manos llenas,

pero el verdadero tesoro era tu presencia.

La noche apenas comenzaba,

y ya sentía que no sería suficiente.

Una Última NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora