La academia

Capítulo VII

Capítulo VII

“Olivia” La voz del chico parecía afligida e intranquila “Por favor, déjame hablar con…”

“No” Lo interrumpió la rubia. “Está dormida”

Robin, observando lo que ocurría, se levantó rápidamente y se dirigió hacia Peter.

“No, Robin” Liv obstaculizó el paso “¿Porqué no vuelves a dormir y ya?”

“Sólo déjame hablar con él. No tardaré” Dijo Robin con seguridad, viendo que el chico le sonreía.

La rubia dio un suspiro y se fue murmurando algunas obscenidades a su lecho. Robin empujó al chico hacia afuera y juntó la puerta.

“Y ahora qué quieres” Dijo R en tono cansado en lugar de tono de pregunta.

“Te quiero a ti” Le respondió Peter, tomándola nuevamente, con suavidad de las caderas.

Robin desvió sus manos con brusquedad.

“Pues tendrás que buscarte a otra” La chica estaba molesta y recalcaba cada palabra con aspereza “Déjame tranquila de una vez. Mejor búscate a alguna prostituta que quiera acostarse contigo y ahí la cortas…”

“Por favor, cálmate” Dijo divertido el joven “Entiende que te quiero a ti. Sólo a ti”

Peter se volvió a acercar sus labios contra los de Robin pero ésta lo empujó nuevamente.

“Basta, Peter” Esta vez la voz de Robin sonó más serena, como conservando la calma. Observaba detalladamente cada expresión y movimiento del chico. Ya no tenía ninguna intención de acercársele. “Lo que pasó fue un error. Por favor, déjame en paz, no hay ninguna forma de que podamos estar juntos…”

“¿Por qué dices eso?” La cara de Peter se volvió en una completa desilusión, pero sus palabras sonaban más bien sorprendidas “Oye, si es por lo de la cafetería, lo siento…”

“No” Lo volvió a interrumpir bruscamente “No es por eso. Es porque no quiero estar contigo ¿Entiendes?”

“No, no entiendo” Musitó el joven con voz apagada.

“Lávate las orejas, Peter. ¿Acaso soy la primera que no quiere estar contigo?” Se exasperó la chica, recalcando la palabra no.

Peter bajó la mirada por un momento y el silencio invadió a ambos.

Robin sólo quería que aquél show terminara para poder dormir. Estaba muriéndose de sueño.

Mientras tanto, Liv esperaba a que Robin volviese. Cada segundo que se ausentaba era más preocupante, conociendo a Peter. Estaba de espalda con los ojos clavados en el techo.

Sólo sentía algunas voces desde afuera. Robin era una mujer inteligente, y eso lo sabía. Pero Peter era capaz de engatusar a cualquiera, incluso a la chica más difícil de conquistar.

“Ya, ándate” Replicó Robin “Mañana hay clases”

“Tú serás mía, Robin” Sonrió Peter apuntándola con el dedo.

La joven hizo un ademán de cansancio.

“Ya empezaste con la misma historia. Vete a dormir, loco de patio” Dijo esta vez aguantándose de la risa, por las palabras recientes del joven.

¿Tuya? Por Dios, ¡El día del orto!

Apenas Robin entró a su habitación, soltó sus carcajadas. Liv la miró curiosa y extrañada.

“¿Robin? ¿Estás bien?”

Olivia nunca había visto a Robin reírse de esa manera.

“Ese tipo es un lunático” Dijo la joven de cabellos negros entre risas “¿Peligroso? ¡No le hace daño ni a una mosca!”

“Es que aún no lo conoces bien…” Comentó la rubia con voz preocupada.

“Tranquilízate, Liv” Robin se recostó en su cama “Mejor descansa, mañana hay clases”

“Yo estoy tranquila. Pero al mismo tiempo preocupada…”

“No” La interrumpió Robin “No te preocupes, por Dios. Yo sé defenderme bien. ¡Buenas noches, Liv!”

Si tan solo supieras toda la historia. Pensó Liv para sí.

“Buenas noches, R”

Ambas de taparon con sus mantas y cerraron los párpados, dejando que sus pensamientos se divagasen una vez más para caer en un profundo sueño.

El despertador no tardó mucho en sonar. Daban las siete de la mañana.

Olivia lo tiró lejos y Robin se puso de pie rápidamente para recogerlo.

“Podrías ser más cuidadosa” Le regañó R, que devolví el despertador a su lugar.

“Pues disculpa” Balbuceó la rubia con unas palabras que apenas se entendían, producto del sueño “Disculpa por no estar acostumbrada a madrugar”

“Deberías acostumbrarte. Ve a bañarte tú primero, bella durmiente” Robin se tiró en su cama y se envolvió en sus mantas.

“Oh no, chica nueva. Ve tú” La amenazó Liv.

“Oh no, chica… Eh…” A Robin no se le ocurrió qué decirle “Barbie malibú con piel lechera”

“¿Cómo me dijiste?” Olivia se sentó rápidamente en la cama y le tiró su almohada con todas sus fuerzas, hasta darle en la cara bruscamente a Robin. “¡Disculpa! ¡El sol no es mi aliado!”

Robin no paraba de reír. Sus contagiosas risas se le pegaron a Liv y ambas parecían recién salidas de un manicomio.

“El sol tampoco es tu aliado, estúpida” Bromeó la rubia “Anda a bañarte tú primero, o te saco la cabeza de un golpe con mi almohada”

Robin reconoció que había sido una broma “pesada” para Liv, y decidió levantarse a bañarse. Era lo justo.

Apenas terminó, fue a buscar de un tirón a su amiga, que estaba nuevamente dormida.

“¡Dormilona! ¡Me perderé el desayuno por tu culpa!”

“¡Ya voy, ya voy!” Se levantó de mala gana y fue directo al baño a arreglarse.

Unos minutos después tocaron la puerta. Robin se asustó. Vaciló un momento, pero optó por abrirla. Para su suerte, era Alphonse.

“Robin…” La voz del joven parecía frustrada y preocupada “¿Cómo estás?”

“¿Yo? De maravilla. Pasa, ¿O te vas a quedar ahí parado como un plomo?”

Al se sorprendió al ver el buen humor de su amiga, y le pareció más bien extraño.

“¿Qué te pasa?” Replicó Robin, por la expresión de su amigo. Cerró la puerta y ambos entraron a la habitación.

“Es que me parece extraño verte tan contenta. Bueno, por lo que me dijo James, no estabas muy bien…”

“Espera un segundo, ¿Quién es James?” Robin frunció el ceño al no entender lo que su amigo le decía.

“James, mi compañero de pieza. Me dijo que una chica me buscaba, y que se veía terrible, por eso se preocupó. Bueno, supuse que eras tú por lo ocurrido ayer en la cafetería. Lo siento muchísimo, estaba fuera en esos momentos… ¿Segura que estás bien?”

La joven recordó con vergüenza lo ocurrido el día anterior.

“Sí, estoy bien. Prefiero hablar después de eso. No quiero arruinar lo que será un emocionante primer día de clases. Sonríe” Dijo más o menos en un tono sarcástico.

“Bueno, entonces esperemos a Liv para que podamos bajar a desayunar” Rió el joven.

“De aquí a que salga del baño… Uf”