Capítulo II:
Lo que quedaba de la semana pasó relativamente rápido. A Robin no le costó mucho acostumbrarse, debido a que sus nuevos amigos se lo hicieron todo más fácil. Cada día que pasaba de la primera semana, se notaba cómo la Academia se iba poblando, llenando los pasillos de bolsos y maletas.
“¿Ves a ese de ahí? Nunca te le acerques. Quien se mete con él, siempre sale herido” Le dijo Al, al juntarse con R y Liv a la hora de almorzar.
Ya se había hecho una costumbre para ellos juntarse en la cafetería a esa hora. Robin dirige una mirada al chico que Alphonse le había señalado. Se encuentra sentado en un par de mesas detrás de Robin, y ésta puede observar que por la forma en que habla con su grupo de amigos y la forma en que éste actúa, debía de ser un tipo confiado y arrogante.
Por lo que R alcanzó a ver, el tipo llevaba una chaqueta de cuero negra, al igual que sus abundantes cabellos. El confiado chico se dio cuenta de que Robin la miraba, y éste se volteó a verla también. R sólo alcanzó a ver sus ojos azules y voltea rápidamente para evitar confusiones.
“Es una lástima de chico” Liv mastica una goma de mascar y se pinta las uñas con esmalte rojo intenso “Está en la clase de cinematografía también, al igual que yo”
“Liv… ¿Puedes dejar eso? Estamos en la mesa, ese olor estorba ¡Por Dios!” Se quejó Alphonse, tapándose las narices.
“No molestes, Alphie” Rió Liv sin detenerse en lo que estaba haciendo.
“No me llames así. Odio cuando haces eso” Dijo Al a Liv, totalmente frustrado, mientras la rubia se reía sin parar.
“¿Cómo se llama?” Robin estaba totalmente fuera de lugar, y sólo pensaba en los azules ojos que la acababan de mirar.
“¿Qué? ¿Quién?” Se confundió Alphonse.
“El tipo ése del que acababan de hablar” Soltó Robin, con un tono de obviedad. No le gustaba cuando se salían de un tema demasiado rápido.
“Aaaah” Dice laciamente Liv, recordando de lo que hablaban anteriormente “Él es Peter”
“Bien, retomando el tema. Hay personas aquí con las que no te conviene entrometerte” Comienza a hablar Alphonse “¿Ves esa modelo que va caminando ahí?”
Liv golpeó fuertemente al chico de pelo castaño que la miraba con sus enormes ojos verdes, en signo de interrogación.
“¿Qué? Es bonita…”
Robin por fin se ríe de la escena que acababan de hacer los chicos.
“Ustedes dos parecen adolescentes”
La rubia y el castaño también rieron. Liv sigue pintándose las uñas y Alphonse tomó su celular y se perdió en su mundo electrónico.
Robin mira a la chica de la que Al se había referido, y ve que ésta se dirige a la mesa en donde está Peter.
Alphonse estaba en lo cierto con que la chica parecía una modelo. A Robin le molesta un poco ver su piel perfectamente bronceada, más bien tratada en un solárium, y camina con tal confianza que hasta las personas que estaban presentes se corrían para dejarla pasar. Lleva el cabello hasta un poco más abajo que los hombros, y las puntas son notoriamente rubias, en contraste a las oscuras raíces. De ojos azules y ropas extravagantes y llamativas, como sus shorts que muestran gran parte de sus piernas y los chicos cercanos parecían necesitar un balde para dejar de babear.
“Kathy” Sonaron las palabras de Liv y Alphonse despegó la vista de su celular y comenzó a observar a la chica.
“Una diosa…” Dice con su vista perdida.
“¿Te callas?” Se volvió a frustrar la rubia.
Robin volteó su cabeza y observa nuevamente la mesa que está atrás de ella. Kathy se dirige a Peter y despeina sus cabellos, riendo, y luego se sienta al lado de él, casi como coqueteándole.
El tipo de ojos azules se da cuenta nuevamente que Robin lo observa, haciendo que ésta, nuevamente de vuelta bruscamente la cabeza.
Tonta, tonta… Esta vez no paso desapercibida.
“¿…Y eso?” Alphonse pareció haberse dado cuenta de la escenita de su compañera de mesa.
“Ten cuidado, R” Le advierte Liv “No te metas con ese estilo de gente, y te lo digo por experiencia propia”
“Te recomendaría que ni siquiera lo mires” Sigue Alphonse.
“Tranquilos, chicos. No soy del tipo de persona que se ofrece en bandeja” Los calmó Robin “Yo sólo estoy con quienes me interesa, y tampoco me daría miedo entrometerme con ellos”
Sus compañeros de mesa se intercambiaron una mirada.
“Chica nueva…”
Pasaron unos minutos y se sintió una voz masculina detrás de ellos.
“¿Qué hacen, ya se olvidaron de mí?”
Liv y Al parecieron haber reconocido la voz y dejaron de hacer lo que los mantenía entretenidos hasta el momento. Ambos sonrieron y se levantaron de la mesa para saludar a su amigo. Robin hizo lo mismo, pero también dejó que los demás se reencontraran con el delgado joven que se vestía completamente informal, con una polera blanca acompañada de un pañuelo largo de color café, jeans y converse. Su cabello lo llevaba corto, y era de color castaño oscuro.
“¿Qué es de ti, estúpido Sandru?” Alphonse abrazó fuertemente al joven hasta estrujarlo.
Luego saludó a Olivia y notó a Robin, quien le extendió su mano.
“Robin, un gusto de conocerte”
“Lisandru, el gusto es mío” Tenía sus ojos color mieles, parecidos a los de R.
“Milagro ése que llegues antes de empezar la clases, Sandru” Comenzó a hablar Al.
“Sí, bueno, mis padres me obligaron a tomar el vuelo antes. Es una larga jornada de viaje”
“Sandru, siéntate con nosotros” Lo invitó Liv.
“Si es que aguantas el olor a esmalte” Siguió Alphonse.
“No gracias, iré a hablar con los chicos, que me esperan en la otra mesa ¿Hablamos mas rato?”
“Claro” Dijeron los demás.
Sandru se despidió y se alejó, mientras Liv, Al y Robin se sientan.
“El año pasado se juntaba bastante con nosotros, es un buen amigo. Es muy cool” Olivia parece no terminar nunca de pintarse las uñas.
“Sí, está en clases de fotografía” Siguió explicándole Alphonse.
“¿De dónde viene?” Le surgió la duda a Robin, debido al acento del joven.
“De Rusia”
Estuvieron un rato más conversando, y R se quiso retirar a su pieza.
Cuando llegó a la puerta, sacó las llaves de su bolso, e intentó abrir la puerta, pero sin querer se le cayeron las llaves. Robin se agachó para recogerlas, y vio que unos bototos negros se habían acercado a ella. Recogió las llaves antes de que ella misma pudiese hacerlo, y la chica miró hacia arriba encontrándose con los conocidos ojos azules.“Hola, chica nueva”
Robin, sin decir absolutamente nada, se puso en pie, así pudiendo ver con más detalle el rostro y facciones del confiado joven. “¿No hablas?” Peter levantó una ceja.
“Gracias por recoger mis llaves. Ahora si me disculpas, me encantaría entrar a mi pieza”
Robin intentó de quitarle las llaves, pero Peter no le dejó. La chica lo mira confundida, sin saber lo que éste pretende.
“Te vi en la cafetería, chica nueva. Tendremos que hacer un trato para que yo pueda devolverte las llaves…”
En ese minuto Robin pensó: Vaya, sí que hubo confusión aquí…
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La academia
Novela JuvenilTodo empezó cuando Robin ganó una beca a una prestigiosa escuela de artes en Nueva York. Después todo se salió de control. Una chica apenas entrando al mundo frió y calculador de los adultos debe luchar por estudiar lo que la apasiona y por evitar a...