La academia

Capítulo V

Capítulo V

Robin parecía hacer caso omiso a lo que había ocurrido, aunque la estuviera matando por dentro. El chico de chaqueta de cuero y botas militar seguía en pie, sin parar de mirarla. Robin intentó de evadirlo, pero era imposible. Sus ojos azules la envolvían, la penetraban, la mataban, asesinaban, torturaban.

"Dios santo estoy jodida, ¿En qué rayos me he metido?" Pensó para sí

Todo cambió cuando Peter comenzó a acercarse, con tal confianza que le llegaba hasta el techo. Robin sintió que su corazón comenzaba a acelerar notoriamente. Mantente firme, tú puedes con esto. No, no podía. Se acercaba Peter, se acercaba su fin. Mátenme.

Una vez que estuvo lo suficientemente cerca de ella, le susurró al oído: "Ven esta noche a mi habitación a buscar tus llaves y tu teléfono celular. Así podremos terminar con lo que empezamos..."

Peter se alejó a su mesa con su clan de amigos dejando a Robin mirando al vacío, sin saber que pensar cuando el chico le dijo eso al oído. La chica necesitaba beber un café y fue a la maquina a prepararse uno.

Robin nunca pensaba antes de actuar y se dirigió a la mesa de Peter, decidida.

"Escúchame niño bonito" Dijo con la aspereza suficiente como para acaparar ciertas miradas de quienes estaban alrededor. "¿Crees que por acostarme contigo voy a seguir haciéndolo? Fue un triste malentendido, y será mejor que me entregues mis cosas"

Peter la miró confundido, al igual que las personas presentes, expectantes, y sorprendidas al escuchar a la desconocida chica. Se oyeron una combinación de murmullos hasta que fueron interrumpidos por el Peter, que miraba atento a la chica.

"Bueno. Es una lástima que tengas fantasías sexuales conmigo, ah... ¿Cómo te llamas?"

Su tono sarcástico y burlesco hizo que la sala llenara sus espacios con risotadas. Las más molestas fueron las de sus amigos, y la del mismo Peter, que chocaba sus cinco con sus colegas.

"Di lo que quieras, aborto fallido de raza animal"

Robin cortó las risas de todos los presentes. Nadie se enfrentaba a Peter, ni menos insultándolo. Fue ahí, en ese entonces, que Robin se dio cuenta de que Kathy estaba sentada junto a Peter. Dios, cómo no lo había notado.

"¿Cómo me dijiste?" Robin notó cómo había pasado la voz de Peter desde atrevida y divertida a una especie de seriedad y humillación.

"Dije aborto-fallido-de-raza-animal. ¿Necesitas que lo deletree?"

"Retráctate, chica friky"

"Oh, ¿Te refieres a un complejo de inseguridad? Porque sé que tú necesitas mucha atención"

Y en ese instante Robin depositó su café sobre la cabeza de Peter, y sentía una gran satisfacción al ver la humillada y sorpresiva cara del arrogante chico. Todos miraban escandalizados la escena, mientras Robin arrojaba el vaso de cartón al suelo y se iba corriendo a su habitación.

Dios, ¡Dios! ¿Qué acababa de ocurrir?

Robin se detuvo frente a su puerta y pensó un segundo antes de tocar. La última vez que habló con Olivia, no había estado para nada contenta.

La chica decidió subir un piso e irse a la habitación 302, que era la de Alphonse.

Robin tocó la puerta.

"¡Alphonse, abre la puerta! ¡Vamos, Al, por favor!" Robin se dio cuenta de que nadie abría, y comenzó a tocar con más fuerza "¡Alphonse, te necesito!

A la chica se le comenzaron a quebrar las palabras como si estuviese sobre una superficie de hielo, y esta comenzara a romperse de a poco.

Robin siguió tocando la puerta hasta que un chico desconocido de cara la abrió. Se trataba de un joven de cabello corto color miel y ojos azules, muy oscuros.

"Lo siento, ¿No está Alphonse aquí? ¿Me equivoqué de habitación?" Robin realmente se frustró cuando apareció el desconocido por la puerta. Estaba molesta y necesitaba hablar con su amigo.

"No, esta sí es la habitación de Alphonse, yo soy su compañero de pieza"

La voz del chico pareció algo preocupada al ver la terrible expresión y apariencia de la chica.

Debió estar en mi habitación con Liv...

"Ah, bueno. Lo siento muchísimo"

Robin hizo un ademán de irse

"Oye, ¿Estás bien? ¿Quieres que le dé un recado a Alphonse cuando vuelva?"

"No, está bien. Gracias"

Robin miró con su perdida mirada al piso, y se fue alejando lentamente.

Se dirigió al baño más cercano y se lavó la cara. Se miró al espejo y estaba como si se hubiese metido en una pelea de fieras en celo. Estaba horrenda.

Dios mío, ¿Qué habrá pensado ese pobre chico?

La joven se quedó un rato más en el baño, procesando los hechos y luego decidió irse a su habitación. Necesitaba urgente un baño de ducha caliente.

En el trayecto desde el baño a su pieza, recordó lo que acababa de vivir en la cafetería. Robin jamás, jamás, ni en sus años de colegio se le hubiese ocurrido hacer tal cosa a un chico popular, que eran los que normalmente la maltrataban psicológicamente. Robin se sintió un tanto poderosa, y era algo que le surgió por primera vez. Ahora ya no se dejaba humillar, su inseguridad se vio notoriamente apartada con el odio que sintió hacia Peter.

Los chicos tenían razón... No debí meterme con el tipo ese.

Iba en el pasillo en donde estaba su habitación, a poco de llegar a su añorada pieza. Absorta se encontraba en sus pensamientos, cuando sintió un brusco tirón en su hombro derecho. Se dio vuelta y vio los azules e inexpresivos ojos, y la anaranjada cara de la chica.

"No te metas con Peter" Dijo con su profunda y firme voz, amenazándola.

Robin reconoció el falso color del pelo y el falso color de la piel. No había duda alguna, era Kathy.

"¿Quién eres tú para venir con amenazas?" Dijo Robin, tratando de sonar firme.

"Te vuelvo a repetir. No te metas con Peter"

Y ahora su voz sí que sonaba aterradora.