Affondato (Hundido)

Capítulo 8

Winston caminaba por la calle, estaba dispuesto a explorar cualquier cosa que se le cruzara, pero había un impedimento era el hombre que jalaba la correa cada vez que él quería salirse del camino, Hannibal estaba algo irritado, el perro simplemente no lo obedecía, Will le había advertido que Winston era algo hiperactivo, pero él simplemente se limitó a decir que todo estaría bien, que podría controlarlo, pero simplemente no podía, fue en este momento cuando se preguntó ¿Por qué demonios hago esto? 

Si bien quería agradarle a Will y que le tuviera confianza, esto tal vez era excesivo, aun así se había comprometido, y odiaba romper sus promesas, dio una vuelta más por la calle y después de que el perro pareció satisfecho, camino de regreso a casa de Will, la puerta no tenía seguro, así que la abrió con facilidad, Will aún dormía así que entro con cautela a la casa, vio el desorden y suspiro, aún no entendía como es que él vivía de esa manera, se daba una idea por lo que vio el día en que Will regreso del hospital, pero aun así se preguntaba que tanto le había afectado para destruirse de esa manera, camino por la casa con confianza, tal vez demasiada, llego a la cocina y miro las repisas se notaba que nadie había tocado ese lugar en años, los platos estaban ordenados y se veían limpios, sabía que el amigo de Will había estado ahí limpiando, pero aun con eso se veía bastante desorganizado, verifico y la estufa por lo menos aún funcionaba, camino hasta el refrigerador, no había nada, más que un montón de cajas de bicarbonato, supuso que era por el tema del olor.

Salió de la cocina y camino por el pasillo, miro la puerta que estaba hasta el final, se preguntó si era buena idea, no quería ser invasivo, pero ese lugar parecía ser una especie de santuario para Will, así que con un poco de duda, abrió la puerta, la habitación era no muy grande, había juguetes por toda lados, entro con extremo cuidado, esto para no mover nada de su lugar, miro la pequeña cama, había un conejo de peluche sobre ella, llego hasta la mesa de noche, y tomo la foto que estaba sobre ella, Will no llevaba su barba descuidada, vestía una camisa celeste y un pantalón negro, estaba con una niña que vestía un vestido del mismo color que su camisa, ella estaba sobre sus hombros y tenía los brazos abiertos, Will estaba en la misma posición que ella, ambos sonreían.

Había visto a Will sonreír varias veces, pero nunca de esa manera, sintió una pequeña punzada en el pecho, se preguntaba si algún día podría conocer esa faceta de él, esperaba que sí, con esa pizca de esperanza, dejo el marco en su lugar.

-¿Qué hace aquí?.-Hannibal dio un pequeño salto y miro hacia la puerta.

-Lo siento, no quería ser invasivo.-Will lo miro y entro a la habitación.

-No quería, pero lo está siendo.- Miro la fotografía y suspiro.

-Era muy linda.-Hannibal hablo sin pensar, pero ya era muy tarde para retractarse.

-Era la niña más linda del mundo.-Will seguía con la mirada en la fotografía, sentía tantas ganas de entrar en ella y abrazar nuevamente a su pequeña.

-No dudo que fuera así ¿Cuál era su nombre?

-Abigaíl.-Esta vez Will por fin lo miro, sus ojos estaban llorosos, Hannibal se movió sin pensarlo y lo aferro a él, Will se quedó inmóvil, no se esperaba eso para nada, pudo sentir el olor de Hannibal, su colonia inundaba sus pulmones, y después de titubear unos segundos más correspondió el abrazo.

Hannibal se sentía en el cielo, el olor de Will era algo particular, era un olor que no pudo descifrar, aunque, aún conservaba un poco del olor del hospital, Will se aferraba a él con fuerza y después de unos segundos lo escucho sollozar, Will se sintió mal por mostrarse débil ante él, pero le transmitía tanta paz ese abrazo, que no pudo evitarlo, se sentía protegido, reconfortado e incluso amado, desecho esa idea inmediatamente, Hannibal solamente estaba siendo amable, después de que no pudo llorar más se separó de él.