Amos miró la carta en sus manos con una intención asesina.
"¡Ese mocoso! ¿¡Cómo se atreve a pedirme permiso para cortejar a mi sobrino¡?" Penso Amos con saña, leyendo la carta una y otra vez.
"Lord Amos Bracken. Le escribo esta carta para comunicarle mis más apasionantes sentimientos a su bello sobrino, Aeron Bracken, quién me ha hechizado intensamente, y yo, ingenuo, caí ante sus tentaciones.
Nos hemos acercado íntimamente hace ya un tiempo (incluso olí su cabello, Aeron huele a rosas, mi lord), por lo tanto, es mi deber asumir la responsabilidad ante mi falta de resistencia por su seductor sobrino.
Iniciaré el cortejo cómo es debido y lo antes posible, por eso, le estoy notificando de esta decisión para que no se alarme.
Espero que se encuentre bien, y que esta carta nos acerqué más, ya que usted será mi suegro en el futuro.
Atentamente, Davos Blackwood."
No podía creer el descaro de ese mocoso Blackwood. Y ahora que se ponía a leer detenidamente, y sin la ira tiñendo su visión, el pendejo ni siquiera le había pedido permiso.
Le notifico, con un carajo permitiría que su dulce sobrino este en las depravadas manos de este Blackwood.
Amos lanzó la carta al fuego de su chimenea. Masajeando su cabeza del dolor que sabe que esta por venir.
Iba a tener que hablar con Samwell para que ponga orden a su escuincle. Solo podía rezar para que esta carta no sea respaldada por Samwell y que ese mocoso lo haya enviado por cuenta propia.
Malditos Blackwoods y sus raras costumbres.
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—Amos Bracken no lo permitirá, ¿Lo sabés no?— Alysanne resopló mientras miraba el puesto de joyas, un bonito collar de oro se posaba en sus manos.
—Porsupuesto que lo sé, ¿Me crees estúpido?— Davos tenía un ojo en cada joya del local, buscando el regalo perfecto con detenimiento.
Alysanne solo rodó los ojos, guiando a Davos hacía el collar con una gema amarilla en el centro.
Davos la sostuvo suavemente en sus manos, imaginando que colocaba el collar en el delicado cuello de Aeron, que apartaba su largo cabello como la miel, rozando la punta de sus dedos en los hombros del otro y entonces él–
Alysanne le dió un pequeño golpe en la frente. —Deja de pensar cosas raras, estas sonriendo de forma muy espeluznante.—
Davos se refunfuño, educando su expresión mientras seguía viendo en las joyas.
—Como sea, mi plan es que Aeron acepté el cortejo, no su tío.— Dijo Davos con una sonrisa satisfecha. —Despues de que termine de cortejarlo, Aeron no querrá apartarse de mí jamás. Me amará aún más de lo que ya lo hace.—
—¿Puedes por favor repetirme el porqué crees que Aeron esta enamorado de tí?— Alysanne le envío una mirada frustrada, su ceño fruncido.
—¿No es obvio? Siempre viene a encontrarse conmigo, me trae cosas y hasta una vez me trajo comida. Es obvio que me ama.—
Alysanne lo miró de forma dudosa, haciendo que Davos se erize como un gato. —Si tu lo dices...—
Davos resopló. —Nunca has tenido pareja, déjale esto a los expertos.— La expresión presumida en el rostro de Davos hacía que Alysanne quisiera golpearlo.
—Tu tampoco tuviste pareja, ni siquiera una chica.–
Davos le hizo un gesto con la mano, restándole importancia. —Es diferente, siempre aconsejó a los muchachos cuándo tienen problemas con sus damas.—
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Narcisos | Davos Blackwood/Aeron Bracken.
FanfictionEn el que la reencarnación es posible, y un pobre chico termina en el cuerpo de Aeron Bracken, haciendo un efecto dominó en todo Poniente. O Donde Davos Blackwood no puede dejar de pensar en ese excéntrico Bracken que recolecta flores en los límites...