¿𝐂𝐎́𝐌𝐎 𝐋𝐎 𝐒𝐀𝐁𝐄?

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— Vamos, no tienes mucho tiempo.

— Lilith, sé que lo que tengo que decirte lo has escuchado muchas veces, es más, me siento un auténtico inútil diciéndote esto una vez más...

— Jeremiah, — le corto, si sigue me voy a poner a llorar y no quiero... — De verdad, es igual...

— Lilith, déjame terminar. — me interrumpe. — Sé que he sido muy desagradable contigo y que te he hecho cosas horribles que van a ser muy difíciles de perdonar, pero te aseguro pequeña, que si me das una oportunidad más puedo hacer que olvides todo lo demás, inclusive lo de Allison y Diego. Lilith, cambiaré por ti, te lo prometo. Perdóname, — me abraza fuerte. — Te amo mucho.

— Jeremiah, — me separo de él. — Te he dado muchas oportunidades, y no has cambiado. Siempre me dices lo mismo, ¿qué va a hacer que esta vez te crea? — quito una lágrima que cae por mi mejilla.

— Lilith, tú sabes que todas las cosas que he hecho por ti no las haría por nadie más.

— Claro, si estuvieras con otra chica que no fuera yo, no le pondrías los cuernos como a mí. — con mis dos manos quito todas las lágrimas que recorren mis mejillas. — JEREMIAH, ¡TUVISTE LA POCA VERGÜENZA DE DECIRME QUE SI ME UNÍA! — digo con rabia.

— Lilith, sabes que estaba borracho, no era consciente de lo que hacía... — baja la mirada.

— ¿Tampoco tenías constancia de lo que hacías cuando a lo largo de nuestra relación te acostabas a otras chicas? ¡Ko En me lo ha dicho todo, Jeremiah! ¡Lo sé todo!

— Lilith, lo sien... — le interrumpo.

— ¡No Jeremiah, no sientes nada! Me he cansado de aguantar y de callar, no voy a volver a ser la misma estúpida de antes. — Me doy la vuelta y lo dejo solo, saliendo del lugar con pasos firmes y decididos. La rabia y la desilusión hierven en mi interior.

Patrick me ve llegar y rápidamente me abre paso. Entro en la casa sin mirar atrás. Paso por el salón, echando un vistazo rápido a mi alrededor. Diego no está, mejor así. La última cosa que necesito ahora es encontrarme con él.

¿Por qué todo me tiene que salir tan mal? Siento como la frustración y la tristeza comienzan a pesarme. Subo las escaleras hacia mi habitación, sintiendo que cada paso me cuesta un mundo. Al llegar, cierro la puerta tras de mí con un suspiro pesado.

Antes de que Patrick me llamara yo iba a llamar a alguien... ¡Sean!

Busco su nombre en mi lista de contactos. Mi dedo titubea un momento sobre su número, pero rápidamente me decido y le marco. Me llevo el teléfono al oído y escucho el tono de llamada mientras mi mente se llena de recuerdos de las noches que pasamos juntos.

El teléfono suena un par de veces antes de que escuche su voz al otro lado de la línea, con ese tono seductor y ligeramente burlón que tanto lo caracteriza.

— Dime, linda. — responde Sean, con un toque de diversión en su voz.

— ¿Te apetece verme? — pregunto, dejando que mi voz suene suave y atractiva, jugando con él.

Hay un breve silencio al otro lado de la línea, y puedo imaginarme la sonrisa que debe estar formando en su rostro.

— ¿Solo verte? — pregunta con un matiz pícaro, como si ya supiera la respuesta.

Sonrío para mí misma, sabiendo exactamente cómo llevar la conversación. Mi tono se vuelve más insinuante mientras hablo.

— Verme... y algo más. — susurro, dándole un toque sensual a mis palabras.

Unrequited Love »  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora