𝐏𝐄𝐒𝐀𝐃𝐈𝐋𝐋𝐀

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Jeremiah llega donde están ellos, agarra fuertemente a Lilith del brazo y tira de ella lejos de todos, llevándola a donde esta él con sus amigos.

— ¿Qué ha pasado? — pregunta Natalia mirando a Ko En, el cual tiene los puños apretados.

— Que es un idiota... — suspira fuertemente y va hacia donde Jeremiah se llevó a su mejor amiga hace tan solo unos segundos.

Diego cree que su sangre se ha convertido en veneno. Se lo estaba pasando tan bien y ese imbécil se llevó a Lilith, joder. Natalia va hacia Diego y lo toma de la mano, la cual tiene apretada fuertemente sintiendo mucha rabia. Éste suspira y se relaja al ver a Ko En volver.

— ¿No viene? — pregunta Diego.

— Dice que después.

Y ese "después" se convirtió en casi dos horas, durante las cuales sus amigos han bebido y bailado, disfrutando al máximo de la fiesta. Diego, inicialmente molesto, decidió después de cinco minutos que no valía la pena enfadarse. ¡Vamos, él es Diego, el alma de las fiestas locas! Esta es una fiesta increíble, no es momento para estar preocupado por ella.

Mientras observa a sus amigos divirtiéndose, Diego se da cuenta de que Lilith ya no es una niña. Ella es mayorcita y capaz de tomar sus propias decisiones, ya sea quedarse con su novio o pasar tiempo con sus amigos.

Después de un largo rato, Lilith finalmente aparece. Su expresión es seria, y sus ojos brillan con una mezcla de emociones contenidas. Avanza lentamente, como si estuviera procesando algo profundo y doloroso. La multitud de la fiesta parece desvanecerse a su alrededor mientras se dirige directamente hacia Ko En.

Al llegar a su amigo, Lilith se inclina y le susurra algo al oído. Ko En escucha atentamente, su expresión cambia de despreocupada a preocupada en cuestión de segundos. Sin decir una palabra más, asiente con una determinación silenciosa.

Ambos se dirigen hacia la salida del club, dejando atrás la música ensordecedora y las luces parpadeantes. Mientras caminan hacia la puerta, el portero de Club Saddle les pone un sello en la muñeca para que puedan volver a entrar sin pagar, después caminan sin decir nada hasta llegar a un sitio apartado.

— ¿Qué te ha dicho ese imbécil Lilith?

— Nada, no es por eso. — susurra ella. — Solo quería salir de ahí, me estaba agobiando.

— ¿Crees que me chupo el dedo?

— No, Ko En... es que... ¡es un imbécil! — las palabras de Lilith salen atropelladas, cargadas de dolor y frustración. — No ha dejado de insultarme, de menospreciarme. Ko En, me ha dicho que soy una zorra y que me comporto como tal. Que lo único que intento hacer es que Diego sienta algo por mí.

Las lágrimas comienzan a correr por su rostro, reflejando la angustia que siente. Su voz se quiebra mientras continúa:

— ¿Cómo va a sentir Diego algo por mí? — la desesperación en sus ojos es palpable, cada palabra es como una herida abierta. — Jeremiah me ha hecho sentir como si no valiera nada, como si todo lo que soy no fuera suficiente. Me ha destrozado, Ko En.

Lilith se lleva las manos al rostro, tratando de contener el llanto que amenaza con desbordarse. Sus sollozos llenan el silencio de la noche, un eco de su sufrimiento que parece no tener fin. Ko En, incapaz de soportar verla así, la envuelve en un abrazo, intentando ofrecerle algún consuelo.

— Te lo dije Lilith, te dije que...

— Me da igual Ko En, lo amo. — le interrumpe ella. — Éste es otro de sus prontos, cuando quedamos solos me pedirá perdón y será el mismo chico de siempre.

Unrequited Love »  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora