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Obito no estuvo orgulloso cuando se dió cuenta que su noche de autocompasión duró hasta más allá de la mañana siguiente.

Esa misma mañana solo había hecho una pausa para revisar las alacenas y hacer una lista de lo que necesitaba comprar, para luego de volver del mercado encerrarse en su cuarto por un par de horas y continuar atormentándose.

Para cuando no pudo seguir oculto salió con los ojos hinchados para almorzar con su abuela. Tenía ya toda la intención de fingir enfermedad o una alergia para justificar su estado... Pero terminó lagrimeando de nuevo en medio de ese almuerzo al ver la preocupación de su abuela.

Se disculpó sin aclarar que lo hacía porque (gracias a los recuerdos que recuperó) podía recordar cómo ella murió en el patio de su casa sola y posiblemente con dolor. Nunca buscó su tumba para darle sus respetos y agradecerle por todo lo que hizo por él o llevarle aunque sea unas miserables flores.

No podía mirarla a los ojos y tampoco podía quedarse encerrado en su cuarto sin preocuparla aún más. Tenía muchas obligaciones y nunca estuvo más entusiasmado de cumplirlas como cuando salió de su casa.

Los ancianos saludándole con sonrisas cariñosas, los niños que iban a la academia mirándolo como si fuera uno de sus modelos a seguir, sus compañeros shinobi saludándole... Todas esas miradas causaron que sintiera que la confianza que ganó en los últimos años fuera como una farsa.

No sabía cuánto tiempo podría seguir reprimiendo lo que pasaba por su cabeza. No cuando tenía grabado cada recuerdo tortuoso de forma inmortalizada con el sharingan.

Y su cabeza seguía palpitando de vez en cuando, se sentía como si tuviera mucho más de lo que su cerebro pudiera retener.

Nunca podría olvidarlo, siempre podía volver a repetir las escenas en su memoria con la misma nitidez.

Cuando vio a unos ninken con el símbolo del clan Hatake en sus collares y con chalecos que indicaban que eran parte del hospital pensó inevitablemente en Rin y Kakashi.

No se había tomado el tiempo para pensar en cómo todo se redujo a aferrarse al recuerdo de la persona que fue su primer enamoramiento durante su infancia. Pero mientras estuvo encerrado en su cuarto había pensado en ello.

Él amaba a Rin, pero su amor no había florecido en el sentido romántico mientras crecían. Siempre sería importante para él y nunca le sería indiferente su presencia. Por ello quería evitarla hasta poder controlarse, porque si la veía sería doloroso e inevitablemente recordaría su muerte.

La culpa porque ella fue elegida por Madara para poder manipularlo era muy grande.

Rin había muerto en su anterior vida tan joven y él se estancó en ese momento. Arrastrando a todos por su dolor. Pero en ésta vida nadie quedó estancado en su niñez, él creció no solo notando la presencia de Rin.

Su abuela era su hogar, su lugar seguro. Minato, Kushina y Naruto eran parte de sus pilares al verlos como familia de una forma que sus parientes jamás serían. También construyó lazos de amistad con otras personas como Anko, Shisui, Asuma y hasta Gai... Y además sus sentimientos por Kakashi pasaron de esos "no lo soporto, es un engreído, pero quiero llamar su atención" a sus primeros "creo que me gusta" y después "lo quiero mucho, me importa" para ahora mismo ser un rotundo "estoy enamorado de él, lo amo".

Y eso último era aterrador. Porque siempre le resultó aterrador el tener sentimientos tan fuertes, pero ahora, teniendo la certeza de lo que era capaz si las cosas se salen de control ese miedo aumentó.

Pero también llegó a la conclusión de que no podía fingir que esos sentimientos no existían.

De alguna forma tenía que desahogarse sin revelar que fue una pieza fundamental que casi acabó con todos. Tampoco podía dejarse llevar por su miedo, tenía que aprender a controlarlo. Y seguía pensando que alejarse de todos no era una opción.

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⏰ Última actualización: Sep 18 ⏰

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