SEGUNDO LIBRO DE LA TRILOGÍA DARK
𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐀𝐍𝐄 𝐎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐓𝐑𝐈𝐇𝐘𝐁𝐑𝐈𝐃 | ❝ Algunas leyendas son contadas. Algunos se convierten en polvo o en oro ❞
𝐄𝐍 𝐃𝐎𝐍𝐃𝐄 Alicia vuelve a Beacon Hills luego de tomarse un descanso de ese pueblo que...
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"La difícil sensación del agobio"
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Su celular vibró varias veces y eso logra que se quejara un poco, se arropa más contra las sabanas que la envolvían y proporcionaban un calor agradable hasta que el insistente sonido de los mensajes no le permitieron seguir durmiendo.
—Alicia —escucha la voz ronca de su mejor amigo, quejándose.
—Ya voy —dice somnolienta, agarrando su teléfono.
Vió como quince mensajes de una tal «Rosita fresita» en la pantalla y unas cuantas llamadas. Se siguió quejando una vez bajó su teléfono en la mesita de luz y se replantea varias veces si es necesario ir o no. Su mano cae a un costado de su cama y de inmediato sintió la cara de Scott, quien estaba dormido en el piso sobre un cómodo colchón, acompañándola y velando sus sueños.
—Es Lydia —informa Alicia, aún semidormida sintiendo como Scott agarra su mano y la estira hacia abajo. Cae rodando entre las sábanas y siente el pecho de su mejor amigo chocar contra su rostro—. Dice que vayamos al loft de Derek.
—¿Motivo?
—Un tal Parrish que se cree Daenerys Targaryen renaciendo del fuego —murmura, cerrando nuevamente los ojos.
—Tenemos que ir —dice Scott, abrazándola y cayendo lentamente al mando de su sueño.
—Lo sé —dice casi sin voz, totalmente decidida a seguir durmiendo.
Sintió la mano de Scott acariciar su cabello y lloriquea cuando este la mueve a un costado, ya sentándose en el colchón.
—Tenemos que ir —repitió, ya despierto—. Vamos, Alicia —quita las sábanas de la chica, viendo como ella se frustra y imita su posición.
La castaña casi rubia mira a todos lados, dándose palmaditas en la cara para despertar, ve a Scott levantándose y rápidamente colocándose sus zapatos. Su mano se estira hasta la mesita de luz y agarra nuevamente su teléfono para fijarse la hora «22:18» no era tan tarde como creyó, escuchando afuera de su ventana el sonido de los autos aun pasando.
Scott levanta la mirada unos segundos viendo ráfagas rápidas alrededor de la habitación y sonríe ladeadamente cuando Alicia en segundos se encontraba frente a él ya lista para salir.
