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Ya había pasado el primer día de campamento, un primer día muy agotador si se lo preguntan, tanta atención acumulada hacia una sola persona llega a ser agobiante.

Por lo menos Kageyama piensa así.

«¿Que tiene de especial un Omega masculino?» fue lo que pensó al mirarse frente al espejo de los baños, se estaba haciendo su rutina de skincare y esa pregunta llegó a su mente.

«Soy un hombre que puede quedar en cinta, pero sigo siendo un hombre»

—Puede que sea mi cintura de avispa— bromeo en voz baja— o quizás el queque qué me cargo— se dio una vuelta mirando su trasero— pero fuera de eso sigo siendo un hombre.

Suspiro derrotado para porfin enjuagarse el rostro, estaba tan absorto en su rutina y su crítica corporal nocturna, que no se dio cuenta de que había una persona en la entrada viendo todos sus movimientos.

«Pensé que todos ya estaban en las habitaciones» pensó el rubio teñido observando al Omega aplicandose crema en su cara, aun sin fijarse que había otra persona en los baños.

—¿Que tiene de especial un Omega masculino?— se volvió a preguntar el ojiazul.

—Pues, son raros de ver la verdad— respondió sin querer el bajito, cubriendose la boca al ver como el azabache se sonrojaba por la vergüenza de ser descubierto—Lo lamento, no quería interrumpirte..

Se disculpo el Alfa más pequeño, poniéndose rojo por la mirada del más alto.

—No, esta bien, pensaba que estaba solo— le resto importancia el azabache, volviendo a lo que estaba haciendo, guardando sus cosas en un pequeño bolso azul con una cajita de leche en medio y una vaquita al lado, era muy tierna si me lo preguntaban.

Un silencio incómodo quedo en el ambiente, lo único que se escuchaba provenía de kageyama guardando sus cosas, hasta que su frasco de inhibidores cayó al suelo, rodando hasta la puerta del baño, donde se encontraba el más bajito.

«Que suerte la mia» pensó el Omega al ver como el rubio levantaba el frasco y lo inspeccionaba.

—¿Estas son las más fuertes?— murmuró con la vista fija en las pastillas, hasta que Kageyama se la arrebato de las manos.— Lo siento..

—No está bien que vea lo de otras personas— reclamo Kageyama con el ceño fruncido, guardo el fresquito bruscamente y se encaminó a la puerta, pasando por al lado del Alfa, quién en todo momento se mantuvo sereno.— y gracias por recogerlas...

Que alguien golpee a Tobio y no lo suelte más.

Kenma solo lo observo irse hasta perderlo de vista, su mirada fue hasta el espejo frente a él y se dio cuenta de sus mejillas sonrojadas.

«Pero que mierda» toco su frente sintiéndola caliente.

Bien, uno más había caído por el lindo azabache sin saberlo.





La mañana había llegado rápidamente y con eso, el brusco despertar de Nishinoya al abrir las persianas, sacando un gruñido de casi todos los presentes.

—¡BUENOS DIAS! ¡ALEGRIIIIAAAA! ¡BUENOS DIAS SEÑOR SO—

—SON LAS SIETE DE LA MAÑANA HIJO DE PUTA, BAJA LA MÚSICA—Grito Tanaka tirandole una almohada al de mechón teñido.

—Hace un lindo día y ya estas tan amargado, ¿que paso? ¿Soñaste con que nuestra linda Kiyoko-san te rechazo por ser un pelón?— atacó el Alfa bajito, devolviéndole el almohadazo con fuerza, o bueno, con lo que pudo.

—Por lo menos yo si puedo tener oportunidad, no como tú, que por tu estatura aún te confunden con un niño— contraataco.

—Uy, eso hasta a mi me dolió— se burlo Ennoshita con una sonrisa traviesa.

—¡NISHINOYA! ¡TANAKA!— Se escucho desde la puerta de la habitación, el aroma a madera era fuerte, haciendo picar la nariz del omega presente, quién apenas se estaba despertando.

¡ÉL EMPEZÓ!

No me interesa quién haya empezado, desde afuera se escuchaban sus gritos de maniáticos—regaño el Alfa de la manada señalando a ambos de segundo año— Darán 5 vueltas más de castigo, y agradezcan que no fueron 10.

El castaño de tercer año se acercó al azabache de primero, acariciando su cabeza en un intento de que despertara nuevamente, recibiendo un ronroneo gustoso por las caricias dadas, pero sin intenciones de despertar.

—Kageyama, arriba, hay que ir a desayunar con los demás— murmuró cerca de su oreja, dejando unos besitos en su cuello, escuchando otra vez los suaves ronroneos— Suga te acompañará a asearte, ya casi están todos listos.

—Cachorro, levántate por favor— Apoyo el de lunar, sentándose al lado del futon del menor.

—Ojalá ser Daichi-san, yo también quiero lamer a Tobio—murmuró Tsukishima frustrado, siendo escuchando por Hinata y Yamaguchi, quienes habían llegado del baño hace unos segundos, mirando perplejo al rubio.

—¡NUNCA ESPERE ESCUCHAR ESO DE TI!— Se sorprendió el pelinaranja, apuntando a un irritado rubio, quién se maldecía en voz baja.

—Cállate si no quieres ser aplastado.

—¿Aplastado por quién?

—Por mi puño, maldito enano de mierda.

—TSUKKI, ¡¿CON ESA BOCA HABLAS DE DIOS?!



















Oa

¿Como están? Yo estoy joya, con náuseas pero joya.

Apoco no se sorprendieron por mi presencia, soy una crack, regalenme dinero por favor, no es broma.

No me gustó mucho la interacción de kenma con tobio, pero por algo se empieza, primero enemigos y después amigos con derechos dicen.

Espero que les haya gustado este capitulo del día de hoy, me esforcé en hacerlo😔😔

Me despido

Atte: su chichona favorita~♡

Club de Kageyama Tobio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora