7 | ESTO NO ME GUSTA

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Por delante de mi, con más seguridad, como si se sintiera cómodo vistiendo ropa de mujer, salió a la terraza mi amigo James sonriendo, mientras yo, tras él, trataba de ocultarme avergonzado.

Todas las chicas dejaron lo que estaban haciendo, las que tomaban el sol en la tumbona alzaron sus gafas para vernos y las que se bañaban se dieron la vuelta para sonreír al vernos llegar, entre ellas Gina, que ya había terminado sus tareas de limpieza y ya portaba un bikini verde.

-¡Aquí tenéis a Adrian! - Gritó James tomando mi brazo y levantándolo para ponerme frente a todas las chicas y que pudieran verme bien.

-¿Qué haces, James? - Dije en voz baja a mi amigo sintiendo una terrible vergüenza mientras me mostraba con ese apretado bañador.

-¡Déjate llevar, solo es un juego! - Respondió mientras sonreía para terminar soltándome.

-Te queda muy bien ese bañador... Deberías plantearte usarlos más a menudo. - Dijo Emma repentinamente desde la piscina.

-¿Y a mi no me queda bien? - Preguntó desde atrás James.

-A ti todo te queda bien, cielo. - Dijo Larissa poniéndose en pie para acercarse poco a poco a James hasta ponerse frente a él.

Larissa se plantó frente a James e ignorándome por completo comenzó a acariciar a mi amigo y le dio un apasionado beso mientras, ante mi rigidez, comenzó a bajar su mano hasta ponerla sobre su pene atrapado en su bañador femenino y ponerlo duro en cuestión de segundos.

-No sabes lo cachonda que me ponen los hombres vestidos de mujer... - Susurró Larissa mientras seguía masajeando el pene de mi amigo girando levemente su cara para mirarme.

Miré a Larissa de reojo completamente paralizado sin saber qué hacer. Estaba tenso, nervioso y humillado sabiendo que aquella imponente chica negra y pelo rizado me observaba mientras tocaba el pene de James a la vez que el resto de las chicas me miraban esperando algo de mi.

-¿Que os parece si vamos a mi habitación y jugamos las tres? - Dijo con voz sensual Larissa estirando su mano libre para ponerla sobre mi pene y comenzar a acariciarlo suavemente a la vez que hacía lo mismo con el de mi amigo.

-¿Qué...Qué dices...? - Pregunté sobresaltado al notar su mano sobre mi entrepierna mientras un escalofrío recorría todo mi cuerpo.

-¡Vamos a jugar! - Exclamó Larissa con sensualidad.

Mi pene comenzó a ponerse duro bajo aquel bañador de la misma manera que se puso duro unos minutos antes de bajar cuando James me abrazó.

-¿Qué dices? ¿Vienes o no? - Insistió sonriente Larissa mientras James comenzaba a lamer su cuello aprovechando que tenía su cabeza girada hacia a mi.

-¡Vamos! ¡Reacciona! - Gritó alguna de las chicas desde la piscina.

No sé cómo ni por qué, pero sentir las caricias de Larissa en mi entrepierna me activó de forma repentina y me acerqué a ella para comenzar a besarle el otro lado de su cuello.

-¡Así me gusta! - Dijo Larissa con un sensual gemido mientras se mordía los labios al tenernos a los dos besando y lamiendo su cuello.

Rápidamente, Larissa soltó nuestros penes y nos agarró de la mano para darnos la vuelta y llevarnos lentamente hasta su habitación mientras las chicas comenzaban a gritar animadas desde la piscina alegrándose de que al fin, yo entrara en su juego.

El verano que me cambióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora