✧. ┊ 3.3

1.2K 115 15
                                    


•❅───✧❅ DANGER ❅✧───❅•

three ⇢ ˗ˏˋ together


━━━━━∙⋆⋅⋆∙━━━━━


+ 18

Cuando vean estos símbolos: ¡! • !¡ significa que la escena está por ponerse más subida de tono, pueden saltearlo hasta que vean los símbolos nuevamente que significa que terminó.


━━━━━∙⋆⋅⋆∙━━━━━


   EL CAMINO al almacén no fue tan largo como ellos podrían haber pensado. Antes de entrar, Emilia llamó a Dorn para que revisara que no hubiera nada raro esperándolos dentro, una vez que confirmó, ingresaron sorprendiéndose de lo que encontraron.

Por alguna razón, Benito había dejado más que sólo dinero reservado para Armando. Había dejado una gran cantidad de armas y equipo que no les venían mal para todo lo que tenían pensado hacer.

Pero, lo que más les sorprendió, fue cómo todo estaba apartado hacia un costado y había un área con una cama improvisada y varios artículos que señalarían que alguien estuvo viviendo allí.

La respuesta a la pregunta en sus mentes llegó en forma de un ruido detrás suyo a quien le apuntaron de inmediato encontrándose con una joven de cabello castaño oscuro y piel clara pero no pálida, su rostro cubierto de pecas y sus ojos marrones brillando en confusión y un poco de nervios.

Estaba vestida con ropa vieja que demostraba que no tenía tanto para vestir mejor, Emilia analizó las cosas detrás suyo y conectó los puntos.

  —Por favor, dime que no tengo una hermana de quien me acabo de enterar que existe. —rogó Armando bajando el arma con una expresión cansada volteando hacia Emilia que lo miró como si le hubiera salido una tercer cabeza. —Yo renuncio, si es así, renuncio. Me cambio el nombre, me mato, lo que sea, pero no, gracias.

  —Primero que nada, respira. —ordenó Emilia y él revoleó los ojos por lo tranquila que ella se veía. —Sería imposible que tuvieras una hermana por razones bastantes obvias, además no se te parece a ti. Segundo, nadie va a renunciar o cambiarse el nombre o matarse, ¿entendido?

Emilia volteó de regreso a la joven que ya había comenzado a correr. —Carajo. —musitaron los dos antes de que Emilia corriera detrás de ella gritándole a Armando que se quedara a revisar el almacén.

Corrió detrás de la joven que parecía tener una cierta costumbre a huir de la gente por la forma en que estaba evitando a cada obstáculo que se encontraba. Pero cometió un error cuando tomó un giro equivocado adentrándose en un callejón completamente cerrado.

Antes de que pudiera correr, Emilia llegó al callejón terminando de encerrarla.

Ambas se miraron mientras recuperaban el aliento. —Eres rápida.

  —Y tú buena persiguiendo gente. Otros ya me hubieran perdido.

  —Otros. No yo. —sonrió Emilia. —Preguntaría porqué decidiste huir, pero creo que nuestra reacción de apuntarte con armas no fue muy aseguradora de que no te lastimaríamos.

DANGER¦ARMANDO ARETAS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora