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•❅───✧❅ DANGER ❅✧───❅•

five ⇢ ˗ˏˋ armando


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   MIKE no se sorprendió cuando vio a Emilia en su puerta con un bolso de viaje en mano, tampoco se negó cuando ella se abrió paso hacia su departamento volteando hacia el bolso de viaje de él junto a la puerta.

  —Voy contigo.

  —No, Em.

  —No te estoy dando a elegir. —habló la chica con seriedad. Mike sabía que era en serio. —Culpa de esa mujer perdí a uno de los mejores hombres que conocí y casi mueres tú. No te dejaré ir solo.

  —Él ya te tiene en la mira.

  —Sí, y yo a él. Si llega a haber una pelea, sabes que no puedes contra él tú solo. Me necesitas.

  —Emi, si es mi hijo-

  —Si es tú hijo, no morirá por causa mía. —afirmó la chica. —Si tienes razón, y él tiene la misma edad que yo, aún puede mínimamente, cambiar. Lo puedes salvar.

  —No es lo mismo que contigo.

  —No, porque esta vez yo te ayudaré. —Mike se sorprendió por sus palabras. —Pero primero, hay que deshacernos de la bruja de su madre.

El sacar los boletos para volar a México no fue tan difícil, gracias a eso, se encontraban sentados uno al lado del otro esperando que todos terminaran de abordar. 

Mike ya se había pedido un whisky y Emilia estaba cómoda lista para comenzar su lectura de un libro que había estado en su lista por un tiempo.

  —Permítame pasar, señor. Disculpe. —oyeron una voz conocida detrás suyo, volteando hacia el otro un momento antes de voltear hacia el sonido para asegurarse de no estar locos.

No lo estaban.

Mike volteó hacia Emilia exasperado. —Yo no le dije nada.

  —No me dijo nada, Mike. —confirmó el hombre al abrirse paso por su fila de asientos detrás de ellos. 

  —No, Marcus. —advirtió su amigo cortamente.

  —No voy a dejar que vayas en una misión suicida solo. 

  —¿Estoy pintada o qué?

  —Esto es cosa mía. Suficiente es ya que Emilia se haya colado y se está poniendo en riesgo, no te necesito aquí también. No dejaré que maten a nadie más por mis líos. 

  —Mike, es una bruja. Te fundirá los ojos en tu cabezota. Hará que se te caiga el pene. —Emilia asintió ante la última afirmación. Si bien no la practicaba, sabía que la hechicería era bastante compleja pero que podía llegar a causar complicaciones... erectuales.

  —Marcus. Por favor, vete a casa.

  —Volamos juntos, morimos juntos.

En cuanto la gente alrededor se tensó por lo que escucharon, los dos suspiraron conscientes de que sería un vuelo muy largo. 

Mientras volaban, Emilia se adentró en su libro y Mike dejó su cabeza reposar contra su asiento intentando descansar. Aunque ninguno tuvo paz mucho tiempo antes de que Marcus volviera a hablar y él y Mike se adentraran en una conversación sobre el chico. 

DANGER¦ARMANDO ARETAS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora