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•❅───✧❅ DANGER ❅✧───❅•

seven ⇢ ˗ˏˋ nerves


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Se me viene una semana bastante jodida y tengo dos capítulos por meter después de este que no los edité todavía, pero quería dejarlos con un capítulo feliz para hacer contraste hasta que pueda publicar los otros dos (no van a ser feos).

Also, gracias por mantener en fanfic en #1, me re alegra el día cuando lo mencionan sobre todo porque jamás pensé que llegaría tan lejos este fanfic.

En fin, disfruten y que tengan muy buen resto de semana <3.

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   CINCO meses después del ataque del sicario, decir que Armando estaba nervioso era decir poco. Había estado planeando este momento desde que comprendió que Emilia al fin había cerrado el ciclo de lo sucedido, pero ahora que estaba frente a él, no podía evitar sentirse más nervioso que nunca. Incluso sabiendo que ella le diría que sí, había una pequeña (gran) parte de él que se sentía ansiosa. Se había esforzado tanto para que fuera perfecto, incluso buscando el anillo perfecto para ella, ideal en estilo y gusto, que realmente esperaba que fuera perfecto.

Salió hacia lo que sería considerado el patio de la casa, que era una zona con camillas de sol, una mesa de campo, parrilla y todo mirando hacia un pequeño lago que tenía detrás de la casa. Sabía que la encontraría allí, leyendo. Y así fue. 

Se acercó hacia ella, tomando varias respiraciones para asegurarse de mantener la calma. Su corazón latía gran fuerza mientras se acercaba. Pronto, ella volteó a verle, una pequeña sonrisa en sus labios al verlo. Pareció darse cuenta que algo pasaba, así que cerró el libro y lo dejó a un lado para poder darle su atención completa, lo cual sólo hizo que los nervios de él crecieran y que el anillo en su bolsillo pesara más que antes.

Ella se puso de pie y le permitió tomar sus manos, ambos disfrutando de la calidez de las manos del otro. —Em, yo... hay algo que quería preguntarte.

Ella le miró interesada antes de pasar a preocupación y ansiedad. —No vamos a adoptar a alguno de estos niños antes de casarnos. —afirmó con seriedad. —Yo también lo he pensado, pero no, no podemos. No lo haremos antes de casarnos. Me niego.

Él no pudo evitar reír al oírla. Claramente ella no lo dejaría hacer el discurso de pedida de mano que había planeado, y nunca se quejaría, era una de sus cosas favoritas de ella.

  —No, linda, eso no es lo que te iba a preguntar. —dio un paso más cerca. —Tenía algo más en mente.

  —Ah, está bien. Bien... genial, sí.

Emilia comenzó a analizar la expresión de su pareja, tratando de descrifrar qué estaba sucediendo. No estaban en ningún lugar en especial, no era algo fuera de lo usual para ellos pues era una costumbre suya sentarse a ver las estrellas de vez en cuando. Pero sabía que había algo diferente de esa vez en particular. Y él podía practicamente ver las ruedas girando en su mente, la conocía lo suficiente para saber que ella sabía que algo pasaba.

Su agarre sobre sus manos se apretó un poco. Ella sabía que estaba nervioso, lo podía ver. Y, saber que Armando nunca se ponía nervioso, por lo que verlo de esa manera no estaba en su tarjeta de bingo de ese año. —Oye —habló gentilmente acunando su rostro para que la mirara, la preocupación clara en sus ojos. —. ¿Estás bien? ¿Qué sucede?

DANGER¦ARMANDO ARETAS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora