DANGER￤ARMANDO ARETAS.

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six ⇢ ˗ˏˋ tyler

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Se me preparan para llorar, ¿está bien? Busquen pañuelos que hasta yo lloré escribiendo este capítulo.

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   HABÍAN pasado tres meses desde que Emilia había recuperado su completa movilidad. Lo que también hacía siete meses desde que Ross Adams seguía suelto. Tres meses en los que todos, la DEA, el FBI, la policía, todos buscaban sin parar al sicario pero sin lograr acercarse nunca. Tres meses en los que Emilia había tenido severos ataques de ira al enterarse de que el sujeto culpable de su infierno vivido seguia huyendo. Tres meses en lo que lo único manteniéndola cuerda eran las personas que la rodeaban.

Ese día en particular, Emilia se encontraba en Los Ángeles como asesora de un caso de narcotráfico que ella había cerrado poco antes de que le dispararan.

Walter había sido transferido a Los Ángeles dos meses atrás luego de que su esposa recibiera una oferta de trabajo imposible de rechazar, así que sólo habían quedado Tyler, ella y Armando.

Emilia había logrado encontrar la forma de que le permitieran a ella y Tyler llevar algo de comida y bebidas (nada alcóholico) para despedir a Walter. Había sido una tarde preciosa que pasar conversándo, molestándose y jugando ajedrez por un rato antes de que Emilia tuviera que irse.

La observación de su misión había sido un éxito, se encontraba entrando a su habitación de hotel cuando su teléfono sonó con una llamada entrante de Allison, su capitana. —Hola, Allie, dime.

  —Tenemos una pista sobre Ross. Creemos que está en Florida Central.

Sintió su mundo entero detenerse. Tenían una pista, por primera vez en tanto, podrían tener una oportunidad de encontrarlo. Podría cerrar definitivamente el ciclo al fin. —¿Estás segura?

  —Sí, parece que fue visto cerca de la avenida principal, por la 27, yendo al noroeste.

Cuando procesó la información, su respiración se acortó y su corazón latió con tanta fuerza que se sintió aturdida, escuchando a su capitana llamar por ella ante su falta de respuesta. —¿Acabar de decir noroeste por la 27? —su voz fue baja al hablar, prácticamente un murmullo.

Mientras aguardaba por la respuesta de su capitana, su mente repitió las palabras una y otra vez, tratando de convencerse a sí misma de que había oído mal, que estaba loca, que no podía ser cierto.

Que Ross no estaba dirigiéndose hacia donde ella pensaba. No realmente.

  —Sí, ¿por qué?

Sus ojos se llenaron de lágrimas por el terror. —Allison, al noroesta por la 27 se encuentra la correccional.

Allison no tardó en insultar dándose cuenta de la información, cortando la llamada para poder alertar al personal del establecimiento mientras Emilia se lanzaba a empacar lo más rápido que podía para poder volar lo más pronto posible de regreso a Florida, su teléfono en mano marcando el número de Tyler.

  —Contesta, por favor. —rogó como si eso fuera a ayudar a que el guardia respondiera.

El teléfono timbró y timbró hasta que la llamada se cortó. Volvió a intentar, nuevamente nada. No debía tener el teléfono a mano, sabía que había ocasiones en que prefería dejarlo en su casillero.