¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Genya caminaba a paso lento por las frías calles de Tokyo, era invierno y la nieve ya se veía en todos los lugares de la ciudad.
El de pelo negro estaba llendo a su academia con una cara de cansancio, tener que ir a ese lugar todos los días no era de sus cosas favoritas...
Aunque sólo iba por una clara razón...
Ella...
Kanao Kocho.
Una de las mejores alumnas de su salón y una de sus mejores amigas.
Estaba perdidamente enamoro de su mejor amiga...
Lamentablemente el corazón de la joven ya tenía dueño...
Y era Tanjiro Kamado, el chico más amable y dulce que podías encontrarte en toda tu puta vida...
Y ese era el problema...
Aunque una parte de Genya quisiera odiar a su amigo pelirrojo le era prácticamente imposible ya que...
¡Tanjiro era tan amable y dulce!.
Siempre con esa sonrisa amable, esa aura que te hace creer en la existencia de Dios y todo eso...
Con razón Kanao se fijó en el Kamado...
Tanjiro era todo lo bueno del mundo y él era... Un chico con cara de delincuente, con una horrible cicatriz en la cara, con un pasado problematico, con notas promedio y ni hablemos de apariencia...
Aunque deseara estar en el lugar de Tanjiro sabía que él no era el adecuado para tener el frágil corazón de Kanao...
Ambos hacían una linda pareja y todo el mundo los alagaba hasta por los codos, es irritante Pero no mostraría su enfado.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por una suave mano puesta en su hombro, sabía de quién era...
Genya se giró para encontrarse con la más bella mirada que jamás había visto.
Unos ojos de un color tan hipnotizante que podías creer que estás viendo a la personificación de la diosa Afrodita, y él lo creía.
Genya: estoy bien, no te preocupes -dijo con una sonrisa.
Kanao lo miro de manera preocupada Pero decidió confiar en sus palabras, ambos empezaron a irse a la academia disfrutando del silencio que había entre los 2.
