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El hospital estaba sumido en un silencio sepulcral, roto solo por el distante zumbido de las máquinas y el ocasional susurro de las enfermeras que pasaban por el pasillo. Taehyung estaba sentado junto a la cama de Jisoo, su mano aferrada a la pequeña mano de su hijo, que estaba tibia pero inmóvil. Los días habían pasado lentamente, cada uno más doloroso que el anterior, mientras el destino de Jisoo se debatía entre la vida y la muerte.

Yoongi estaba a su lado, su presencia un pilar silencioso de apoyo. Ambos habían pasado las últimas noches en vela, temiendo cerrar los ojos por miedo a perder el último aliento de Jisoo.

El Dr. Lee entró en la habitación con una expresión seria y compasiva. Taehyung levantó la vista, buscando desesperadamente alguna señal de esperanza en el rostro del médico, pero no encontró nada que le diera alivio. El corazón de Taehyung se apretó en su pecho, como si una mano invisible lo estuviera estrujando.

-Taehyung-ssi... Yoongi-ssi...- comenzó el Dr. Lee, su voz suave pero firme -hemos hecho todo lo posible por Jisoo, pero su cuerpo está fallando. Su cerebro ha sufrido demasiado, y estamos llegando al punto en el que debemos tomar una decisión difícil-

Las palabras del doctor cayeron como un balde de agua fría sobre Tae, que sintió que su mundo se derrumbaba a su alrededor. Todo su ser se rebelaba contra lo que estaba escuchando. No podía ser verdad, no podía perder a Jisoo, no podía dejar ir a su pequeño.

-No... no, por favor- murmuró Tae, en lo que termino con gritos y lágrimas rodando por su rostro mientras negaba con la cabeza y sus piernas se hacían cada vez mas ligeras -Tiene que haber algo más que podamos hacer... algo, cualquier cosa...- suplico al doctor tomando su brazo

Yoongi, sintiendo la desesperación de Taehyung, lo rodeó con sus brazos, intentando darle el poco consuelo que podía ofrecer. Pero él mismo estaba destrozado, sintiendo el dolor como si fuera suyo, su corazón roto al ver a Tae así, al ver a Jisoo así.

-Lo siento mucho, Taehyung- dijo el Dr. Lee, sus ojos reflejando una tristeza sincera -Pero creo que es hora de dejar que Jisoo descanse en paz. No hay más que podamos hacer para aliviar su sufrimiento-

La habitación se llenó de un silencio abrumador, roto solo por el sollozo contenido de Taehyung. Yoongi lo sostuvo con fuerza, sintiendo cómo el cuerpo de Taehyung se estremecía mientras las lágrimas seguían cayendo, empapando la ropa de Yoongi. No había palabras que pudieran sanar ese dolor, ningún gesto que pudiera aliviar la carga que estaba soportando.

Tae se inclinó sobre la cama de Jisoo, acercándose a su hijo, susurrando palabras llenas de amor y desesperación -Jisoo... mi pequeño... papá está aquí. No tienes que seguir luchando, cariño. Papá está contigo, siempre estará contigo... te amo tanto...- Las palabras se ahogaban en su garganta, su voz rota por el llanto -Lo siento cariño por todo-

Yoongi miró a Tae con los ojos llenos de lágrimas, sintiendo cada palabra como un puñal en su propio corazón. Se acercó un poco más, acariciando suavemente el cabello de Jisoo, su toque ligero como una brisa -Jisoo... fuiste un niño tan valiente. Fuiste la luz en la vida de tu papá y en la mía. Nunca te olvidaremos, pequeño-

El tiempo pareció detenerse mientras Taehyung y Yoongi se despedían de Jisoo. Cada segundo se sentía como una eternidad, cada palabra era un adiós que ninguno de los dos estaba preparado para decir.

Finalmente, Tae paso horas tomando la mano de Jisoo y esta se volvía mucho más ligera, como si el alma de su hijo estuviera deslizándose suavemente hacia otro lugar -Te amo, Jisoo... te amo tanto...y otra vez lo siento por todo- susurró Tae, inclinándose para besar la frente de su hijo por última vez.

Sonidos Del Corazón |TaeGi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora