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Capítulo 10. Juegos antes del divorcio.

Christopher

Un mes, un jodido mes. Saciando mi hambre con Luisa. Esta mujer lo que tiene de loca, lo tiene de maldita necesitada, es una jodida ninfomana, siempre supe que era una mujer fuera de sus cabales pero, el recuerdo de su jodida amenaza me cuela en la sangre.

¿Quién iba a pensar que ella era tan sangrienta?

Recuerdo

No tienes ningún derecho a recriminarme por haber matado a la madre de tu perra. —me grita en la cara enojada. — Ella y su madre mataron a nuestro hijo Christopher, tú primogénito, tú sangre, mi sangre. Sí a ti no te importa por tu puta obsesión con ella, a mi si y mucho.

¡Me importa!

—¡No lo demuestras! Cuando perdí al bebé, solo te largaste, quería que al menos con mentiras me dijeras que todo estaría bien, aunque sea por la estúpida ética.

¡Crees que no me afecto?! TE ESTOY CUBRIENDO!

¡No te pedí que me ayudaras! Yo la mate, puedo eliminar cualquier maldita prueba!.

¡Maldita sea, mujer! —Gritó frustrado. — Trato de ayudar, después de todo ese bebé iba a ser mi hijo o hija.

Sí te pido que mates a Rachel, lo harías? —pausa creando el momento más tenso ante la pregunta — La matarías por nuestro hijo? Ya qué ella no perdió tiempo y ni dudo en asesinarlo.

Me inmuto. Ella al no ver ninguna reacción de mi, se acerca y con su dedo empuja mi pecho. — Escúchame bien, Christopher. Mataré a tu amante, porque yo al menos si quería este bebé, sí te metes en mi puto camino, saldrás perjudicado, ¿entendiste?.

¿Me estas amenazando? —Mi rostro es de incredulidad. Esta tienes ovarios.

Las amenazas no se cumplen. Es un hecho, sí tratas de detenerme, no dudes en que actúe contra ti. Soy tu esposa por el momento y tienes que complacerme. —Su mano va a mi mejilla y su toque es suave. Me envía caricias deliciosas y pienso que estoy cayendo en su maldita manipulación. Mataron a nuestro hijo, a un Morgan, no podemos dejar eso así.

Está bien. —Respondí con los dientes apretados, tiene razón, es algo que no se puede dejar pasar. Ella sonríe como si fuera premiada con un jodido dulce y reclama mis labios, me embriago de su sabor y la agarro con fuerza de la cintura pegando su cuerpo al mio.

Como odio a esta manipuladora. Como odio sus labios y su cuerpo, me está haciendo un loco obsesivo.

—Te ves hermosa — Ella recibe los halagos de Patrick con una sonrisa angelical. Mientras una de su manos actuaba debajo de la mesa, dándome la mejor jalada.

Mordía mis labios con frecuencia de la misma manera que apretaba mis manos haciendolos puños tratando de controlarme y no emitir alguno gruñido o gemido, debido a su toque.

Sus dedos toqueteando cada vena de mi polla, solo esa suave caricia manda escalofríos y descargas eléctricas en el momento que un gruñido formuló, llamado la atención de los presentes.

THE QUEEN OF PAIN  (EDICION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora