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Capítulo 9. La irá de la Señora Morgan parte II.


Luisa

Señora Morgan, lamento su perdida. —mi vista estaba fija solamente en la ventana. Ya lo veía venir.

La mano de la madre de Christopher da caricias en la mía, totalmente me asquea. me asquea la hipocresía de esta gente. Aguanto sus caricias, aguanto las miradas pesadas de fingida lastima y aguanto el hombre que mantiene sus manos en mis hombros como apoyo emocional.

—¿Quedará estragos? —Christopher habla. Había dejado claro a ese maldito que no se me acercará. Pero no tengo ánimos de nada.

—No estamos cien por ciento seguros. Los resultados apuntan que aún puede quedar embarazada pero la herida en su útero es muy importante de tratar.

—Haga lo que tenga que hacer.

Ese es el recuerdo de hace dos semanas que no sale de mi mente. Perdí al bebé, y sin esperar, sin haber salido del hospital le pedí nuevamente el divorcio a Christopher, ya no hay un motivo que nos mantenga juntos y ya no hay nada que yo pueda aguantarle. Cosa que él acepto, quizás deba estar revolcándose con Rachel de alegría por esto.

Había regresado a mi antiguo apartamento, recuperando mis fuerzas, preparándome, pensando en mi siguiente movimiento, por que esto no se quedaría así. Ella pagará, pagará por esto, pagará por mi bebé y pagará por involucrar a Simón, lo hará.

Ahora me encontraba en éste restaurante siguiendo los pasos de Luciana Mitchels, una peluca rosada cubría mi melena castaña, un maquillaje diferente, no cubrí el tatuaje de mi pasado que tanto me encargue de ocultar. Puede que sea una psicologa, pero estoy entrenada aunque nadie lo sepa, se lo que conlleva el control de la mente humana y es lo que usaré hoy.

Porque Luciana Mitchels no saldrá viva de esto. De eso me encargaré.

Christopher

—¿Mi esposa donde está? —pregunto al hombre que puse al cuidado de por el momento mi esposa. Cumplo con la palabra que la protegería mientras nos mantengamos casados, a pesar que falle en el primer intento. Estamos en proceso de divorcio, al principio sentí enojo, no por el divorcio, si no por el bebé. Puede que me valga verga todo en la vida pero a pesar de todo era algo mío.

—Está en un restaurante. —Contesta por la llamada. No hay más que decir, ella necesita tiempo y que más tiempo alejada de todo.

—No la pierdas de vista, sí ves alguna anomalía o algo fuera de lugar, actúa o llámame.— Cierro la llamada y me mantengo en la silla agachando mi cabeza en el puto escritorio. Las acciones de Luisa desde el momento que se fue del penthouse me extrañan.

A solo horas atrás, específicamente en la mañana me envió un video con lencería y debo admitir que se veía jodidamente exquisita. Esa peluca rosa, esos labios pintado de rojo hace volar mi imaginación y pensar en todas las fotos o video que esa loca ha estado enviando a mi celular.

¿Será que es su manera de manejar la perdida?

O esta en busca de algo?

No me importa yo solo quiero saber que tiene en esa cabecita, que la estúpida esta planeando, porque estoy muy seguro que ella tiene algo en mente.

Las ganas de beber y follar me pegan, no espero en tomar la botella de vino, arrugando mi ceño. El vino no es lo mio, pero es lo que hay por el momento, no puedo moverme de la central y la estúpida de secretaria no se encuentra. 

THE QUEEN OF PAIN  (EDICION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora